Verdicio (Gozón),

Illán GARCÍA

El temporal se cebó bien en la parroquia de Verdicio, una de las más castigadas del municipio y que ayer ofrecía una estampa desoladora. Varias carreteras fueron destruidas por la gran cantidad de agua que cayó en el concejo y que alcanzó los 189,3 litros por metro cuadrado, más de cuarenta de los registrados en Avilés y Castrillón.

Las inmediaciones de la playa de Verdicio sufrieron las peores consecuencias del temporal. La otra cara fue la de los sembrados de maíz, totalmente arrasados. Ramón Artime, teniente de alcalde y vecino de la parroquia, fue uno más de los afectados.

El derrumbe de un acantilado y los desprendimientos de tierra terminaron por aislar por carretera la parte más oriental del arenal. El bar de la playa y la vivienda anexa, propiedad de las hermanas Pérez, Belén y María del Mar, sufrieron importantes daños. La familia llegó incluso a ver cómo uno de sus dos vehículos era arrastrado por la riada hasta el mar. El otro coche corría peligro ayer a mediodía de precipitarse al arenal de Verdicio.

A pocos metros del establecimiento hostelero, numerosos argayos ocupaban buena parte de la calzada. Apenas unos pocos conductores se atrevían a circular por las carreteras, a riesgo de acabar arrastrados. Toda precaución era poca: los patinazos, sin graves consecuencias, fueron la tónica de las carreteras de la parroquia.

La emblemática playa de Verdicio era ayer un río y las lluvias consiguieron provocar enormes grietas en ambas márgenes del arenal. El terreno terminó por resquebrajarse, variando la estabilidad de las viviendas más próximas al mar. Buena parte del asfaltado de las carreteras se derrumbó o acabó por desaparecer debido a la fuerza del torrente.

Los vecinos de la zona calificaron los daños de «irreparables» y reclamaron ayudas para poder reponer las carreteras y devolverlas a su estado original. Centenares de turistas acceden cada verano a la playa de Verdicio, una de las más visitadas del concejo.

Pese a que en la parte oriental de la playa hubo graves desprendimientos de tierra aún se podía acceder desde sus inmediaciones hasta el arenal. Desde la parte occidental resultaba imposible. La urbanización de chalés de Tenrero quedó casi incomunicada.