Oviedo, M. P. / J. A. O.

La riada del siglo dejó a Asturias sumergida bajo las aguas y provocó una situación de emergencia desconocida en toda la historia de la región. Los desbordamientos del Sella y del Nalón, debido a las grandes trombas que descargaron durante la noche y la madrugada del martes al miércoles, formaron ayer impresionantes inundaciones en el centro y en el Oriente. Nadie recuerda otra igual, y la Confederación Hidrográfica reconoce que las crecidas en los ríos son las mayores de las que tiene constancia oficial. Los equipos de emergencia desplazándose en barca por las calles de Arriondas y de Villaviciosa, o la evacuación de todos los enfermos ingresados en el Hospital del Oriente, también a bordo de embarcaciones, son las grandes imágenes que deja una jornada que Asturias tardará mucho en olvidar y que conllevará importantes pérdidas económicas. Tras la espectacular tempestad, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya desactivó las alertas y apenas prevé precipitaciones hoy.

Los efectos de ocho días de lluvia casi ininterrumpida, unidos a las trombas de la tarde y la noche del martes, provocaron el desbordamiento de los principales cauces fluviales del centro y del Oriente, que triplicaron el nivel de aguas en apenas unas horas. Arriondas, Villaviciosa, Ribadesella, Trubia, Bueño o el bajo Nalón, donde se ha perdido buena parte de la cosecha de faba y de kiwi, se llevaron la peor parte de las tremendas avenidas de agua que sumieron en la angustia a miles de asturianos; pero este segundo gran frente de lluvias que azotó a la región en el plazo de una semana también deja un enorme reguero de incidencias y escenas de gran dramatismo en otros puntos del Principado. El balance incluye cientos de evacuaciones, una veintena de carreteras cerradas o con importantes problemas de circulación y cortes en el servicio ferroviario con Cantabria y con la Meseta. Además, se suspendieron las clases en once centros educativos.

Los expertos aseguran que las trombas de esta semana no tienen nada que ver con el temporal que tan duramente golpeó al Occidente de la región el jueves y el viernes pasados. Aunque ambos tengan un origen meteorológico similar, su coincidencia obedece a la casualidad. Según fuentes de la Aemet, se trata de fenómenos que se conocen como depresión aislada en niveles altos (DANA), que equivalen a lo que se conoce popularmente como «gota fría». La coincidencia de una bolsa de vientos muy fríos, situada en la troposfera, con otra de aire húmedo y caliente, más baja, produce lluvias torrenciales y muy focalizadas. Según el meteorólogo José Antonio Maldonado, la diferencia principal entre ambos episodios radica en que el de la semana pasada fue más largo debido a que la depresión quedó bloqueada sobre Asturias por causas desconocidas. ¿Y tendrá algo que ver lo sucedido en el Principado con el cambio climático? «Son anomalías, pero no se pueden achacar tan alegremente al calentamiento global del planeta», contesta que el que fuera durante muchos años «hombre del tiempo» de TVE.

Las inundaciones de ayer obligaron a desalojar domicilios, colegios y centros sanitarios. Además, provocaron desprendimientos y balsas de agua que dañaron las comunicaciones viarias y de ferrocarril. Según informó la Guardia Civil, se realizaron más de 300 desalojos. En el centro fueron evacuadas un centenar de personas en Trubia, otras dos en Olloniego, nueve vecinos en Caranga (Proaza), 50 residentes en Bueño y otros 6 en Argame. En Siero se desalojó a dos personas en Fonciello y a 14 viajeros de un tren de Feve. En Grado los agentes evacuaron a una docena de viviendas en Peñaflor, con treinta vecinos.

Por lo que se refiere a la comarca oriental, fueron evacuados los sesenta enfermos que estaban ingresados en el Hospital de Arriondas y 30 ancianos de una residencia de la misma localidad. En Ribadesella y en Cangas de Onís se trasladó en helicópteros a 25 personas, la mayoría, de una carpintería metálica de Santianes. La Guardia Civil también intervino en el rescate de diez personas en un hotel de Cangas de Onís y de tres vecinos de Vega de Vilde, en Ribadedeva. En Piloña se desalojaron cinco casas en Lleu. En Langreo se registraron 20 desalojos, en La Felguera y Tuilla. Otros once vecinos de La Tejera, en Aller, fueron evacuados.