Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

Prohibir la construcción en todas las zonas con riesgo de inundación. Este es el ingrediente esencial de la receta de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) para que la región no sufra en el futuro situaciones de la gravedad de las registradas la semana pasada, a partir de unos desbordamientos fluviales que, estadísticamente, se producen una vez cada siglo. Jorge Marquínez, presidente del organismo, sostiene que la catástrofe ha demostrado que Asturias todavía presenta una «gran vulnerabilidad» ante grandes avenidas de agua. Para revertir la situación, aboga por potenciar al máximo la protección urbanística de las riberas, incluyendo, por parte de los ayuntamientos, la recalificación como suelo no urbanizable de todos los terrenos que presenten riesgo de inundabilidad y que no tengan esa catalogación en los planes generales de ordenación. Además, a su juicio, también será necesario llevar a cabo actuaciones complementarias de mejora en áreas inundables que ya se encuentran consolidadas urbanísticamente o profundizar en la limpieza de los cauces fluviales.

El presidente de la Confederación ofreció a todos los concejos la firma de protocolos específicos, tanto para la protección del medio fluvial como para la prevención del riesgo de inundaciones. Según explicó Marquínez, aunque los planeamientos urbanísticos municipales deben de pasar el filtro de la Confederación, que prohíbe construir en zonas declaradas como inundables, los nuevos convenios sirven para «actualizar y ampliar de forma voluntaria» el contenido de los planes en vigor, muchos de ellos aprobados con legislaciones fluviales más laxas que la actual. Así, por ejemplo, los convenios, que ya han sido aceptados por una veintena de concejos, delimitan con exactitud los corredores fluviales y señalan un ámbito de protección específica ante posibles desbordamientos. El presidente de la Confederación Hidrográfica también reconoció como «mejorables» los sistemas de predicción de las alertas hidrográficas de la región. Según Marquínez, durante los últimos temporales se ha detectado alguna carencia, aunque sin influir en los desbordamientos.