Jarrio (Coaña), Ignacio PULIDO

Los habitantes de los concejos de Coaña, Villayón, Illano y Allande tienen el ojo puesto en el cielo desde anteayer. Y es que, por primera vez en España y segunda en Europa, se está empleando un helicóptero grúa para construir un parque eólico, en este caso el de la sierra allandesa de Carondio. Todo un espectáculo para los amantes de las obras de ingeniería. A lo largo de veintitrés días, divididos en dos fases, un equipo de pilotos norteamericanos trasladará setenta y cinco palas de siete toneladas de peso cada una, con la ayuda de un aparato Erickson Air-Crane S64, desde el polígono industrial de Jarrio, en el concejo de Coaña, hasta el monte de Bustantigo, en el municipio allandés. El objetivo: minimizar el impacto ambiental producido por las obras para este tipo de instalaciones.

«Ésta es la primera vez que se hace algo así en España. Lo habitual es que el traslado de las palas sea efectuado a través de una carretera», explica Estibaliz Imaz, responsable de proyectos de construcción en España de la empresa EDP Renovavéis, compañía propietaria del parque eólico allandés. Según Imaz, el traslado aéreo de las palas es más caro que el transporte en camión, pero es mucho menos lesivo con el entorno. «Este tipo de operación se había realizado con anterioridad en Canadá y en Italia, pero nunca a tanta escala. Las demás piezas de los aerogeneradores serán trasladadas por tierra», precisa la responsable de EDP.

No en vano, las palas «son el componente más limitativo de los aerogeneradores» en lo que a transporte se refiere. «Es la parte más difícil de transportar», comenta Oscar Martínez, coordinador de proyectos de la división eólica de EDP, el cual destaca el empleo de los helicópteros porque evita la realización de obras de gran envergadura para permitir el acceso de los tráileres a lugares poco accesibles.

Hasta el momento la operación de transporte está resultando ser un éxito. El helicóptero grúa cuenta con dos bases: una situada en el polígono industrial de Jarrio y otra en Bustantigo. Entre ambos puntos, existe una distancia lineal de tan sólo veintitrés kilómetros, mientras que, por carretera, el recorrido sería de unos cuarenta kilómetros. «En las labores participan seis grúas, un helicóptero, tres pilotos y unos treinta operarios. Asimismo, es necesaria la presencia de la Guardia Civil, escoltas, así como personal encargado de controlar el tráfico», precisa Martínez, el cual subraya que la gestión del proyecto es mucho más compleja que el componente meramente operativo de la aeronave».

Sin ir más lejos, EDP trabajó conjuntamente con Gamesa Eólica durante tres meses para desarrollar este proyecto, que se vio lastrado por el corte de la N-634 a la altura de Bao a consecuencia de las intensas lluvias que sufrió Asturias la semana pasada y que causaron el colapso de la carretera. «Las palas vienen de Miranda de Ebro y para evitar el corte nos vimos obligados a desviar la ruta a través de Galicia», enfatiza Estibaliz Imaz. Y añade: «Resolvimos el problema en un tiempo récord».

Las palas llegan a Jarrio transportadas por camiones en unas estructuras llamadas jaulas. Una vez en la base, las aspas se disponen sobre el terreno y se les colocan una serie de elementos de izado. «Gamesa ha diseñado junto con la compañía Erickson Air-Crane unas piezas que amortiguan los golpes que sufren las palas al ser posadas por el helicóptero», afirma Nuria Fernández, responsable de proyectos de Gamesa Eólica. De no ser así, este componente podría sufrir daños irreparables e incluso llegar a fracturarse.

Una vez que han sido preparadas para su traslado, los operarios anclan las palas a una eslinga tirada por el helicóptero. «El ciclo completo se realiza en unos veinte minutos. La aeronave ni siquiera se detiene para repostar. Cada dos viajes se le suministra combustible sin que detenga sus motores», explica Fernández. Una vez en Carondio, los trabajadores sueltan la carga y unas grúas se encargan de colocar los componentes en un acopio.

De todos modos, los grandes protagonistas de esta espectacular operación de transporte de las palas de los eólicos son los tres pilotos norteamericanos que están llevando a cabo las labores de transporte al mando de un S64. Esta aeronave fue diseñada a finales de los años cincuenta del pasado siglo por la compañía Sykorsky. El S64 realizó sus primeras misiones durante la guerra de Vietnam, conflicto en el que fue empleado para trasladar piezas de artillería, camiones, tanques e incluso otros helicópteros. En la actualidad, la compañía Erickson Air-Crane, afincada en Portland, fabrica esta joya de la ingeniería aeronáutica, destinada sobretodo a la extinción de incendios y al montaje de líneas de alta tensión.

Esta previsto que el S64 surque los cielos del suroccidente asturiano hasta el próximo día 31 de julio, fecha en la que, si todo sale bien, concluirá su misión asturiana.