Oviedo,

Raquel L. MURIAS / Agencias

El Consejo de Ministros cumplió ayer sólo con una parte de lo prometido para Asturias y aprobó ayudas para paliar los daños de la última riada, pero excluyó al campo asturiano de las subvenciones, algo que sí concedió a Andalucía en marzo de este año. El consejero de Medio Rural, Aurelio Martín (IU), calificó de «castigo» a Asturias esta situación y la consideró un «agravio comparativo, una falta de respeto al campo asturiano, un desprecio al ganadero y una grosería política». Sin embargo, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, dejó ayer una puerta abierta a nuevas subvenciones, ya que aclaró que en los próximos días se van a analizar parámetros que no están incluidos en el real decreto de 18 de marzo de 2005 y que se podrían ampliar ayudas. De hecho, en Andalucía, para que el sector primario pudiese recibir estas subvenciones, fue necesario aprobar una nueva ley que sí abrió la puerta al cobro de indemnizaciones en el campo.

La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural, Elena Espinosa, visitó la semana pasada Asturias para analizar los daños del temporal y aseguró que las ayudas que recibiría la región serían similares a las concedidas en Canarias o en Andalucía, que sí incluyeron auxilio económico para las producciones agrarias dañadas. Según el consejero de Medio Rural, Aurelio Martín, no hay disculpa para excluir a Asturias de las ayudas al campo porque «la situación económica es igual de complicada ahora que en marzo (cuando fueron las riadas en Andalucía) y, además, la partida que se destinaría a Asturias supone una cantidad irrisoria dentro de los Presupuestos Generales del Estado». Martín cree que el Gobierno central se ha «olvidado» del medio rural asturiano.

El real decreto de 18 de marzo de 2005 establece ayudas en situaciones de emergencia o de naturaleza catastrófica y concede las siguientes ayudas para Asturias: por destrucción total de la vivienda, 15.120 euros; por daños en la estructura de la vivienda, 10.320 euros; por daños que no afecten a la estructura de la casa, 5.160 euros; por daños en enseres, 2.580; por muerte o incapacidad absoluta y permanente, 18.000 euros; por daños en elementos comunes de una comunidad de propietarios, 8.000 euros, y por daños en establecimientos mercantiles, 8.000 euros. Estas cifras fueron las que se aprobaron ayer para los cientos de damnificados asturianos que sufrieron las consecuencias de las enormes riadas que se cebaron con el occidente, el centro y el oriente de la región.

El Principado de Asturias intentará compensar el «hueco» que ha dejado el Gobierno central derivando fondos propios a los damnificados del campo asturiano, que saldrán del paquete de ayudas complementarias anunciadas, y que quedarán aprobadas de forma definitiva el próximo miércoles en Consejo de Gobierno. Pero Aurelio Martín puntualiza que «aunque desde el Principado vamos a apoyar al campo, y al sector ganadero, no vamos a poder destinar el mismo capital que se podría recibir si el Gobierno central aprobase las subvenciones al sector primario. No tenemos la misma capacidad».

Fue la consejera de Administraciones Públicas, Ana Rosa Migoya, la que manifestó esta misma semana que era prioritario que el Gobierno central concediera subvenciones para paliar los daños en las producciones campesinas asturianas, sin embargo, al menos de momento, esas ayudas no se contemplan. «Tenemos un presidente del Gobierno que está en la Luna y que no se ha parado a analizar la situación que se vive en el campo asturiano. Para hacer política hay que ser solidario», declaró el consejero Aurelio Martín, de IU.

Las plantaciones de maíz, el forraje para alimentar el ganado y, por tanto, las propias ganaderías han sido los grandes damnificados por las últimas riadas en Asturias. Y ésta es la prioridad que se marca Medio Rural, que intentará que desde el Principado, a través de las ayudas complementarias, se logre dar cobertura al sector primario y que han visto su medio de vida marcharse con el río. Además, también se han dañado plantaciones de fabas, de kiwis, cultivos de invernadero, pastos y hortalizas. La mayoría de los agricultores asturianos no tiene contratado un seguro privado, con lo que, si el Gobierno central no amplía la cobertura, las ayudas quedarán supeditadas a la cuantía que establezca el Principado a través de esas ayudas complementarias que se aprobarán el miércoles, pero que nunca podrán alcanzar la cuantía de las ayudas estatales.

Oviedo, Raquel L. MURIAS

El puente de la Portilla, el viaducto que une Soto del Barco con Muros del Nalón, a punto estuvo de desaparecer el pasado miércoles día 16. La culpa la tuvo la enorme riada, que acumuló toneladas de madera en la base del puente hasta dejar el río casi sin paso, ya que dejó bloqueados siete de los ojos de la infraestructura. La madera, ejerció tal presión sobre la base del puente que a punto estuvo de derrumbarlo.

Javier Covián fue el encargado de dirigir esta operación contrarreloj efectuada por Grúas El Roxu, que de haberse iniciado horas más tarde pudo haber terminado en tragedia. Y es que, cuando por fin se logró abrir una brecha entre la madera para que el Nalón volviese a discurrir libremente bajo el puente, «la infraestructura caminó varios centímetros hacia adelante, porque estaba sometida a muchísima presión». Lo explica Covián, que lleva veinte años trabajando con grúas como las dos que se tuvieron que desplazar hasta la Portilla para ir sacando la cantidad de madera acumulada a bocados. A las dos y media de la tarde llegaron las máquinas, que no pudieron empezar a trabajar hasta las cuatro y media, porque «es una operación complicada colocarlas», explica Covián.

Fue a las siete y media de la tarde cuando por fin se logró abrir camino al río, pero la operación continuó toda la noche. «Cuando lo conseguimos, yo, que estaba trabajando desde arriba, vi cómo el puente caminaba hacia adelante. Todas las infraestructuras son flexibles, pero aquel movimiento nos asustó», asegura Covián.

Y es que no era esta la primera operación complicada que Covián llevaba a cabo como consecuencia de la inundaciones. «También estuve en El Bao, en Navia, y en uno de los puentes del Sella. Nunca habíamos visto otra cosa igual en Asturias», explica. Jamás había visto un puente salir corriendo hacia adelante, pero la Portilla, lo hizo.