La Granda (Gozón),

Félix VALLINA

Luis Rubiales (Motril, 1977) es actualmente la cabeza visible de los vestuarios de media España. Este ex jugador, proletario del fútbol, se levantó en armas por primera vez para liderar al Levante ante una directiva que mantenía al equipo ahogado entre recibos impagados y, tras esa primera batalla, ha decidido continuar una guerra que muchos consideraban suicida. Lleva desde marzo como presidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales (AFE) -con el respaldo del 80% de los 6.000 afiliados- y su principal objetivo es proteger los derechos de los futbolistas, sobre todo los de los más humildes. Ayer estuvo en La Granda para tomar parte en el curso «La economía del deporte y del cine».

-Renunció a la Liga escocesa para velar por los intereses de sus compañeros, ¿es usted el Robin Hood del fútbol?

-No soy ningún Robin Hood, es verdad que estaba bien en Escocia, pero también llevaba tiempo pensando que en la AFE había cosas que funcionaban muy mal y me decidí por la opción de presentarme al cargo. Todo empezó cuando una serie de compañeros que habíamos tenido problemas en nuestros clubes nos reunimos y todos me pidieron que fuera yo el que liderase el proyecto de cambio. Afortunadamente hemos conseguido que haya un giro de timón para marcar otro rumbo.

-Un giro que acabó con 22 años de mandato de Gerardo González Movilla.

-Sí, creo que él ha conseguido cosas importantes, pero también entiendo que hacía falta un relevo generacional y de ideas. Era necesario actuar de otra manera y tener una influencia donde se cuecen las decisiones en el fútbol, algo que hasta ahora no había ocurrido como deseábamos los profesionales.

-No hicieron falta ni elecciones, Movilla renunció antes.

-Era evidente que íbamos a ganar con un respaldo abrumador y la suya fue una decisión lógica. En cierto modo me hubiese gustado que las hubiera habido por la gente que nos apoyó, pero también es cierto que así pudimos tener unos días más para, en un momento de mucha crispación, poder sacar adelante coberturas de cobro para los jugadores. Ahora seguimos trabajando y ya estamos recogiendo los primeros frutos.

-¿Cuáles son?

-Hemos dado un cambio total a la AFE, la hemos profesionalizado, y ya casi hemos constituido una fundación para garantizar el día después del futbolista. También hay que tener en cuenta que cuando yo llegué había jugadores de Segunda B con una deuda de 4,1 millones de euros y sólo 300.000 en el fondo de garantía salarial. Esta temporada todos los jugadores cuyos equipos han descendido van a cobrar el cien por ciento, algo que es un logro casi histórico, pero, sobre todo, pienso que ahora tenemos una AFE con jugadores más informados y que ha logrado que por primera vez en la historia los futbolistas de la Tercera División estén protegidos y puedan reclamar igual que en Segunda B. Además, estamos a punto de firmar un convenio con el Consejo Superior de Deportes para la reinserción laboral de los que dejan el fútbol, sobre todo, para los de categorías humildes.

-Sus antecesores le echaron en cara eso de «profesionalizar» la asociación.

-La demagogia en este aspecto está servida. A mí me hubiese interesado no profesionalizar la asociación, seguir con un sistema de dietas con todos los gastos pagados, pero pienso que es mucho más lógico poder rendir cuentas y ser transparentes. No vamos a engañarnos, sale más económico que yo esté aquí como profesional; tengo que trabajar para nuestros afiliados y eso requiere una profesionalización, lo demás es engañar a la gente.

-¿Conoce la situación que está atravesando el Real Avilés?

-Contamos con un delegado de zona y es mejor que eso lo analice él personalmente, pero sí puedo decir que estamos encima de cada uno de los afiliados que nos requieren y que van a tener cobertura total. Una de las cosas que tenemos que hacer es reforzar nuestra presencia en Galicia, Cantabria y Asturias para que los futbolistas se sientan respaldados al cien por ciento. El tema del Avilés y del resto de los equipos asturianos que lo están pasando mal nos preocupa y mucho.

-El Sporting sigue con la ley concursal.

-Se ha hecho un uso abusivo de los concursos de acreedores, requieren un trato especial porque al principio se hicieron por necesidad y ahora se están haciendo para que sea un saneamiento del club. Eso no podemos permitirlo, aunque también hay que tener en cuenta que los equipos históricos requieren un trato cariñoso, pero no uno especial. En este caso, el Sporting es uno de los clubes que mejor ha trabajado en los últimos años en el campo económico, además cuenta con una de las mejores aficiones de España y eso siempre es bueno para salir airosos de los baches.

-¿Cuenta con el apoyo de las «superestrellas»?

-Sí, de muchos importantes. Dos de los jugadores más importantes de la selección española van a ser presentados dentro de una semana como miembros de mi junta. En el mundo del fútbol hay de todo, este tipo de jugadores puede que sean los que menos necesiten de nuestra ayuda, pero también quieren opinar sobre el calendario, sobre cambios normativos, sobre el balón...

-Puede usted darle la primicia a LA NUEVA ESPAÑA, ¿no será Villa uno de esos futbolistas que van a estar con usted en la directiva de la AFE?

-(Risas). No lo puedo adelantar todavía, pero lo que sí puedo decir es que Villa es un tío de los que se mojan y apoyan a sus compañeros, con él tengo una relación espectacular.

-¿Va a estar usted otros 22 años en el cargo?

-No. Estamos terminando un cambio de estatutos para que nuestros socios decidan cuál va a ser el límite máximo. Pienso que es bueno que cada cierto tiempo se abran las ventanas y entre aire fresco.

«El caso del Avilés y del resto de los equipos asturianos que lo están pasando mal nos preocupa mucho»

«Por primera vez en la historia los futbolistas de Tercera están protegidos y pueden reclamar sus derechos»

Un proletario del fútbol

Rubiales comenzó su carrera de jugador de fútbol en el Guadix en 1998. Tras su paso por el Mallorca B y el Lleida, llegó al Xerez con el objetivo del ascenso a Primera, mérito que estuvo cerca de alcanzar dirigido por Bernd Schuster. De ahí pasó al Levante, donde sí consiguió el ascenso en dos ocasiones, 2004 y 2006, y donde también lideró al equipo contra unos dirigentes que se negaban a pagarles. Fichó por el Hamilton Academical escocés, pero rescindió su contrato en invierno para hacerse cargo de la AFE.