Rodríguez-Vigil: «Los asturianos quieren un sistema ordenado, en el que no haya riesgos»

Políticos, profesores y gentes de la cultura explican el giro centralista por

los excesos nacionalistas y la falta de respuesta a los problemas del ciudadano

04·08·10 | 03:00

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Rodríguez-Vigil: «Los asturianos quieren un sistema ordenado, en el que no haya riesgos»

Oviedo, L. Á. VEGA

Los excesos nacionalistas y la falta de respuestas de la autonomía a los problemas comunes están en la raíz del giro centralista que refleja la encuesta regional del CIS, según los políticos, profesores y gentes de la cultura consultados por LA NUEVA ESPAÑA. Juan Luis Rodríguez-Vigil, vocal del Consejo Consultivo y ex presidente regional, resume: «Los asturianos quieren un sistema ordenado, en el que no haya riesgos».

Para Rodríguez-Vigil, «el pueblo asturiano es muy sensato y quiere horizontes claros, a la gente le asustan los excesos», en referencia a las exigencias nacionalistas. El resultado de la encuesta del CIS revela, según Rodríguez-Vigil, que «se echa en falta un período de revisión de los conceptos del sistema autonómico y quizá una mayor coordinación estatal, que impida que los servicios se presten de forma diferente dependiendo de cada región». Para el ex presidente autonómico, «se impone una adaptación sensata del sistema autonómico a las necesidades de la gente, que quiere un Estado fuerte que pueda enfrentarse a los cambios que vienen». Y es que «no puede estar el Estado en una situación de debilidad».

Francisco Bastida, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, explica el giro antiautonómico como «reacción al proceso que se vive en Cataluña y antes en el País Vasco, en el que se han extremado las identidades». Para Bastida, «los asturianos sienten que tienen suficiente con su actual autonomía y no admiten que en regiones como Cataluña, el País Vasco o Andalucía no haya un techo para el autogobierno». La asturiana es una reacción contra la «incertidumbre» del Estado autonómico, pero también responde al miedo a disponer de menos recursos. «Cuantas más competencias se detraigan del Estado, más comprometida estará la dependencia económica de Asturias», indicó.

El diputado regional socialista Fernando Lastra no ve en la encuesta un mayor desapego al sistema autonómico, simplemente «se hace más explícita la pertenencia a España, sin que pueda interpretarse como una manifestación del nacionalismo español». Para Lastra, se trata de «una reacción frente a las señales que desde el nacionalismo periférico han aparecido en el debate político últimamente». Para el diputado, «se está explotando un cierto malestar con alguno de los rasgos que expresan los nacionalismos periféricos», pero también «se están estimulando desde los medios de la extrema derecha manifestaciones del nacionalismo español ciertamente grotescas y groseras».

Para el también diputado regional, aunque del PP, Joaquín Aréstegui, la encuesta del CIS tan sólo refleja «una vuelta a la racionalidad frente al desmadre de gasto y los excesos nacionalistas, que no tiene nada de extraordinario, puesto que ya pasó en Alemania, donde se dio marcha atrás al sistema federal». Para el diputado, «la gente es muy inteligente y al final se pregunta si las autonomías se ajustan a sus necesidades». La crisis económica ha sido fundamental en este cambio, porque «la gente ha empezado a pensar de qué cosas puede prescindir y ve qué cosas supérfluas deben eliminarse», indicó.

Para el dirigente de IU Jesús Iglesias, la encuesta refleja que el malestar de los asturianos «no es porque España se rompa, sino porque el sistema político es injusto para Asturias». Iglesias indicó que «el modelo electoral ha primado a los partidos nacionalistas y ha creado un cierto agravio comparativo». El portavoz de IU en el Parlamento regional se explicó: «Cuando hay un Gobierno débil, catalanes y vascos pueden asegurarse más fácilmente la solidaridad del Estado. Ocurre ahora y ocurrió en el primer Gobierno de Aznar». Además, «en una situación de dificultad económica, en la que tenemos que buscar la solución de los problemas en nosotros mismos, puede haber la nostalgia de los tiempos en que la empresa pública tenía una enorme trascendencia en la estructura económica de la región».

Humberto Rodríguez, coordinado regional de UPyD, se mostró gratamente sorprendido con los resultados de la encuesta, porque «los asturianos están viendo la debilidad que supone tener un país fragmentado y las diferencias palpables entre ciudadanos dependiendo del territorio en el que vivan». Y añadió que «los asturianos están pidiendo que todas las regiones tengan las mismas competencias, y que las leyes sean iguales para todos».

El cantante y productor Xune Elipe, ligado al movimiento nacionalista asturiano, explica el giro centralista por el hecho de que «en treinta años, los políticos asturianos no han sido capaces de hacer que el sistema autonómico sirva para algo, que solucione los problemas de la gente». Por contra, «los asturianos han advertido de que se duplica el gasto y la burocracia, que todo cuesta más». Si a ello se une que «la gente no acaba de percibir qué pretenden los catalanes» y que «no existe un contrapoder nacionalista en Asturias que contrarreste el discurso de los partidos estatales que dominan en Asturias», se explica el desapego que empiezan a sentir los asturianos por el autonomismo.

El poeta en asturiano Antón García se mostró soprendido con la encuesta. «Los asturianos no acaban de sentir para qué sirven las autonomías, que en el caso de la región no han alcanzado todo el desarrollo que hubiesen podido». Para García, «algunas personas se asustan ante las peticiones continuas de algunas autonomías, no se sabe si hay una desvertebración del país como vindican desde la derecha y más a la derecha de la derecha». En su opinión, «el sistema todavía puede funcionar».

«El pueblo asturiano es muy sensato y quiere horizontes claros»