Oviedo, L. Á. VEGA

El barómetro autonómico del CIS apunta algunos cambios en la percepción de los asturianos respecto a cuestiones cruciales como el autogobierno o la fidelidad del voto. Los profesores y políticos consultados por LA NUEVA ESPAÑA consideran que la opinión asturiana se ha visto influida en gran medida por las últimas polémicas del Estatuto catalán, aunque también influye la percepción de que la evolución del sistema autonómico deja atrás a la región.

Para el sociólogo de la Universidad de Oviedo Holm Detlev Köhler, «los cambios en las encuestas se deben en parte a una reacción a un problema al que ninguna fuerza política ofrece una perspectiva de solución. Muchas fuerzas políticas nacionalistas (españolas, catalanas, vascas y hasta asturianas) han convertido la cuestión autonómica y la diferenciación o no del Estado en la principal y única cuestión de legitimación y contenido, y con tal actitud están paralizando la vida política de España, imposibilitando políticas eficaces».

El profesor no duda que «son los máximos responsables de la impotencia frente a la urgente necesidad de reformar y mejorar la política, las administraciones, la economía, la educación y la cultura del país». Y añade que «los ciudadanos asturianos y de más regiones están hartos de esta parálisis política universal que ellos sufren mientras los políticos se aprovechan de ella».

Köhler ahondó en el problema del autonomismo. «Federalismo significa una autonomía relativa, de un autogobierno limitado y relacionado con un compromiso activo de contribuir al buen gobierno del estado central. Aquí este compromiso no existe, no forma parte del discurso de la autonomía», indicó.

El también sociólogo Rodolfo Gutiérrez relaciona, por su parte, la desafección frente a las autonomías con «la crisis y la conciencia de la escasez de recursos, que lleva a rechazar el exceso de administraciones y a ver a las autonomías como pequeños estados con maquinarias complejas y caras».

Gutiérrez también sostiene que el proceso de revisión del Estatuto catalán también ha causado impacto. «Este creciente autogobierno puede hacer pensar a los asturianos que ya no tendrán tantos recursos de la bolsa común. Quizá se dude de que más autonomismo suponga más equidad, más democracia y más bienestar». El sociólogo ve además en los datos del CIS una creciente desafección respecto a la clase política y los grandes partidos.

La presidente de la Academia de la llingua, Ana Cano, justifica el posible alejamiento de los asturianos respecto a la autonomía por el hecho de que «ésta ha aportado menos de los que se esperaba en aspectos como la cultura y la lengua». En otras autonomías, indica, los resultados han sido mejores. Y relaciona el relativo fracaso de la autonomía asturiana con la falta de autoestima. «Tiene que ver con la forma en que valoramos nuestras propias cosas», indica. Además, «no puede haber una valoración muy positiva de los políticos, que no han hecho un discurso autonomista serio. No tenemos un Gobierno que apueste por lo nuestro y luego por lo demás», afirmó la filóloga.

Juan Morales, candidato de Independientes de Asturias (Ideas), asegura que la encuesta del CIS abre grandes perspectivas para los partidos no mayoritarios. «Los asturianos no confían ni en el Gobierno ni en el PP, y por tanto se vuelven al Gobierno central», opina. Hay además «un rechazo a los partidos de estructura nacional», dice.