Oviedo, E. F.-P.

El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, viajará expresamente desde Alemania para oficiar en la Catedral el funeral de cuerpo presente por Luis Fernández-Vega, que se prevé multitudinario. Tras la misa, los restos mortales del oftalmólogo ovetense serán incinerados en la intimidad. Sus cenizas serán depositadas en la cripta de la iglesia de San Juan el Real, en Oviedo.

El párroco de San Juan, Fernando Rubio, se acercó ayer por la tarde hasta la capilla ardiente a dar el pésame a la familia. Al final de la jornada, a las siete de la tarde, el ex vicario general de la diócesis, José Álvarez, celebró una misa en el salón de plenos. En la sala, repleta de familiares, amigos y pacientes del doctor Fernández-Vega, se instalaron varias filas de butacas. Las coronas, que por ser ayer festivo y época de vacaciones tardaron en llegar, ya no cabían esa hora en el recinto y comenzaron a depositarse a la entrada. En el centro del salón de plenos, flanqueado por dos oficiales de la Policía municipal en uniforme de gala, el ataúd de Luis Fernández-Vega permanecía cubierto con la bandera azul de la ciudad.

La familia más próxima permaneció en la capilla ardiente hasta las ocho y media. Mientras, Luis Fernández-Vega Sanz recibía innumerables mensajes de condolencia a través de su teléfono, su hermana Maite se ocupaba diligentemente de su madre.

Luis Fernández-Vega Diego era sabedor de que la continuidad de su saga, familiar y profesional, estaba asegurada. Sus nietos, Luis y Andrés Fernández-Vega Cueto Felgueroso, han seguido los pasos del abuelo, el primero ya se ha especializado en Oftalmología y el menor sigue los estudios de Medicina.

La capilla ardiente se reabrirá hoy, a las once de la mañana. De allí partirán los restos mortales de Luis Fernández-Vega hacia la Catedral ovetense, para recibir su último homenaje