Gerente de Sidra Camín, «Elogio de oro» en Gijón

Gijón, A. RUBIERA

Sidra Camín se llevó el pasado domingo, por tercera vez (las primeras en 2002 y 2007), el premio «Elogio de oro» en la Fiesta de la Sidra Natural de Gijón. Un galardón que le sentó especialmente bien al gerente, Emilio Menéndez Trabanco.

-Felicidades. Otro «Elogio de oro» para Lavandera.

-Muchas gracias. Ganar premios es gratificante porque indica que la familia está haciendo las cosas bien.

-¿Cuándo inicia la familia Trabanco su andadura sidrera?

-El llagar Trabanco es de 1925 y su fundador fue mi abuelo, Emilio Trabanco Trabanco. Somos la tercera generación y estamos metidos los tres hermanos y dos primos en el grupo. En el caso de la marca Camín, era un lagar de Lavandera propiedad de Vicente Camín, que compramos hace 25 años. Nos quedamos con el nombre, pero todo el producto sale de nuestro llagar.

-¿Y qué es Sidra Camín?

-Es una sidra natural y la segunda marca del grupo Trabanco. La hicimos allá por el año 1988 con la idea de destinarla exclusivamente a tiendas de alimentación. En hostelería no se encuentra. Se está consolidando como referente de calidad en este sector y estamos muy orgullosos de ella.

-¿Por qué diferenciar hostelería y alimentación?

-Lo que nos interesaba era tener una primera marca fuerte y una segunda también importante, pero en otro sector. Nos pareció mejor establecer la diferenciación entre hostelería y alimentación porque los precios son diferentes y, también, porque una vez que llegas a los supermercados no controlas lo que puedan hacer con la sidra; desde entrar en un paquete de regalo o lo que sea. No queríamos que con Trabanco hicieran eso.

-El premio refuerza que no hay una primera calidad y una segunda, dependiendo del sector. ¿No?

-Por supuesto. El premio es un referente de calidad y me enorgullece que, a veces, vengan al llagar pidiéndonos la Sidra Camín.

-¿Cuánta Sidra Camín comercializan?

-Unas 800.000 botellas al año, que es un 40% más que hace sólo unos cuantos años. En alimentación hemos sufrido un despunte importante de ventas en 2010. Creo que con la crisis se está consumiendo más sidra en casa que nunca. Hace 15 años en alimentación se compraba muy poca sidra y en los lineales de una gran superficie había pocas marcas. Ahora 8 o 10 ya las hay.

-Con lo cual, el negocio les pilló bien posicionados.

-Sí, y con experiencia para evolucionar cada año en envases, en ideas...

-Por comparación, ¿cuántas botellas se comercializan al año con la marca Sidra Trabanco?

-Estamos en los 4 millones.

-En general, ¿cómo diría que le está sentando la crisis a la sidra?

-Hasta el mes de junio veníamos arrastrando unas ventas un poco inferiores al año pasado, pero en julio y agosto ha habido un despunte. Yo creo que ha sido cosa del buen tiempo. Es incuestionable que un fin de semana de mal tiempo se venden en Asturias muchos miles de botellas menos que uno que haga bueno. Y, luego está que, en mi opinión, la sidra sigue siendo un producto bastante barato, que se puede compartir, lo que favorece que con poco dinero pases una tarde agradable con los amigos. Eso en época de crisis viene muy bien.

-Proliferan los festivales de escanciadores. Como llagarero, ¿qué opina de cómo se trata la sidra en las sidrerías?

-Echo de menos un poco más de profesionalidad en los echadores. Hay algunos muy buenos, pero no son tantos. Y hay que tener en cuenta que ser un buen echador es más que lograr un culete perfecto en el vaso. Es también saber el tiempo justo que necesita cada bebedor para que le echen un culín, tener los vasos limpios, mantener la temperatura adecuada... la sidra es un producto que hay que mimar muchísimo. Nosotros hacemos un esfuerzo en la fabricación, pero del chigrero o del escanciador depende casi en un 40% que sea buena. Una sidra buenísima, de las que se ofrecieron el domingo en el festival, si un hostelero la quisiera estropear, la estropea. Por eso digo que sería bueno que la gente tuviera en cuenta estas otras formas de trabajar la sidra.

-Los festivales parecen un éxito seguro allá donde se organicen. ¿Tanto tirón tiene la sidra?

-Todos los festivales son buenos, pero creo que quizá se están haciendo demasiados. Para mí el de Gijón es una referencia, tanto por la asistencia como por lo bien que se organiza.

-¿Cuántas botellas ofrecieron gratis en la plaza Mayor? ¿Cómo compensa ser tan espléndido?

-Nosotros ofrecimos 1.100 botellas y como nosotros, los 20 llagareros que había. Para nosotros lo del domingo es un trabajo. Vienen muchos amigos y clientes a verte, y no deja de ser un escaparate en el que debes estar. Pero, además, yo me siento muy orgulloso de hacer un producto con el que la gente disfruta y se lo pasa bien.

-El festival tenía, en su caso, un recuerdo especial.

-Sí, para mi madre, que falleció en junio después de una enfermedad. Fue un aliciente y para nosotros es un motivo de recuerdo constante.

-El grupo Trabanco ganó este año en el festival de Gascona, en Nava y ahora en Gijón. ¿A qué atribuye tanto éxito en los últimos certámenes?

-A que se ha aliado la suerte con nosotros.

-¿Suerte o buen hacer?

-Al festival de Gijón llevé la mejor sidra que creía que tenía en la bodega. Es lo normal, teniendo en cuenta que sabía que iba a haber miles de personas. Pero no tengo duda de que también es cuestión de suerte. El domingo en la plaza yo probé 10 o 12 sidras buenas, y de esas, cinco o seis eran muy buenas. Cualquiera podría haber ganado.

-¿Cuál es el secreto de hacer una buena sidra?

-Uno es la experiencia. Nosotros somos relativamente jóvenes, pero mamamos la de mi abuelo y de mis padres. También creo que hemos acertado con los avances tecnológicos y hemos apostado mucho por la manzana. De hace 12 años para acá llevamos plantados 65.000 árboles y vamos seleccionando variedades de manzana. Eso lo puedes hacer con experiencia, y los resultados nos están acompañando.

-¿Por qué le dan tanta importancia a la plantación?

-Porque en las últimas dos décadas el cultivo de manzana en Asturias decayó bastante. La gente marchó a la ciudad, se dejaron las fincas, y sólo ahora empieza a profesionalizarse algo más. Nosotros nos adelantamos algo a eso. Queríamos tener cosecha propia y aunque cuesta esfuerzo y dinero, porque el terreno en Asturias se las trae, creemos que estamos sacando un buen producto que le da calidad a la sidra.

-¿Cómo será la temporada de manzana?

-Aunque este año no toca cosecha grande, en mis plantaciones tengo bastantes variedades que pintan muy bien. Creo que va a haber un 40-60% de manzana. Pero depende todavía de cómo venga el otoño.

-Mayo y junio lluvioso y verano seco, ¿ayudó o no?

-Vino bien, pero ahora necesitamos un poco de lluvia porque hay exceso de sequía, lo que supone que la manzana vendrá con más graduación alcohólica. Y eso que nunca se sabe, todos los años hay sorpresas y hasta que no se maya no tienes certezas de nada. La misma manzana, del mismo árbol, es distinta todos los años.

-Sidra Camín comercializa más que sidra. Vinagre, zumo..., ¿por qué esos productos no tienen igual éxito que la sidra?

-En zumos hay que competir con grandes multinacionales y es difícil. En cuanto al vinagre, estamos vendiendo bastante, pero la sidra se vende en culines y el vinagre en gotines. Así que la venta no es comparable. Y eso que el vinagre de manzana tiene propiedades adelgazantes.

-¿Nuevos proyectos?

-En octubre abriremos el lagar Trabanco-Sariego, en las instalaciones de Sidra Pachu, donde estamos haciendo todo nuevo. Era un colaborador nuestro que dejó el llagar y decidimos entrar porque para nosotros es una zona interesante, donde se puede hacer muy buena sidra por climatología, y que nos sitúa en el centro de Asturias.

«Todos los festivales son buenos, pero creo que igual se están haciendo demasiados»

«En octubre abriremos el lagar Trabanco-Sariego, en las instalaciones de Sidra Pachu»