Compañías privadas que también aspiraban al proyecto vieron en aquella decisión la mano de la influencia política y plantearon recursos que no prosperaron.

Los promotores de Clas huyeron de la figura jurídica de la cooperativa propiamente dicha y se acogieron a la del Grupo Sindical de Colonización de Integración Superior, que había emanado de la legislación de la posguerra en 1941. Pero la elevada participación de ganaderos (llegó a haber 12.000 socios) le dio un marchamo cooperativista, por más que siempre primó el liderazgo fuerte de la cúpula dirigente.

En el éxito del proyecto fue relevante la renuncia de los ayuntamientos de Oviedo, Mieres, Langreo y Avilés a instalar centrales lecheras municipales, el apoyo crediticio de Caja de Ahorros de Asturias y Caja Rural de Asturias -socios a su vez de Clas- y del Banco de Crédito Agrícola, y la contribución del Ayuntamiento de Siero con la creación de un polígono en la sierra de Granda.

La fábrica, en una parcela de 80.000 metros cuadrados, y con accesos por carretera y ferrocarril, supuso una inversión de 238 millones de pesetas, se terminó de construir el 25 de octubre de 1969 y arrancó su actividad con una plantilla de 100 trabajadores.

Entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 1970, Clas pasó de mover un volumen de 15.600 litros diarios a más de 50.000, que vendía como leche cruda a otras industrias hasta que culminara la puesta en marcha de sus líneas de transformación y envasado.

Central Lechera Asturiana aunó la materia prima asturiana, la tecnología holandesa (los equipos fabriles fueron contratados a Stork Amsterdam y Stork Inter Ibérica) y el saber hacer de algunos técnicos y directivos, varios de los cuales se habían formado en Francia, otra de las potencias lecheras europeas.

La industrialización de la leche y su comercialización con marca propia arrancó en enero de 1971. El lanzamiento de la botella de plástico no retornable como novedad en España fue un revulsivo en el desarrollo comercial de la compañía y que favoreció su rápida expansión en el mercado nacional. La identidad marquista asturiana como garantía de calidad y la innovación en la presentación del producto contribuyeron a un éxito inmediato. Clas cerró con beneficios en 1971, y para atender una demanda al alza las instalaciones tuvieron que ampliarse en 1972 y de nuevo en 1973. En 1972 emprendió la producción de yogures bajo licencia de la marca francesa Yoplait. Ese mismo año se puso en marcha la fábrica de piensos para los socios. En 1974 se da un paso más en la modernización con la incorporación de la red de frío en las explotaciones y se suceden más lanzamientos de productos.

1982, con su transformación en sociedad agraria de transformación (SAT) por la desaparición de los grupos de colonización, y 1997, con la constitución de Capsa, suponen los dos grandes hitos societarios posteriores a la fundación. En 1993 Clas había incorporado a Pedro Astals como director general. Bajo su dirección Central Lechera Asturiana logró arrebatar a Pascual el liderazgo como marca de leche más vendida en España y se promovió la filial Capsa, mediante la integración de los activos fabriles de Clas y los que el grupo francés Bongrain tenía en España. Clas posee el 56,39% de Capsa (presente con fábricas en Asturias, Galicia, Cataluña, Baleares y Madrid) y la propiedad de la marca Central Lechera Asturiana.

Bertino Velasco (Folguerúa, Tineo, 1957), socio de Clas desde 1984, preside Clas desde 2007 y Capsa desde 2009.