Pozo Funeres (Laviana),

Elena PELÁEZ

El secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE) y candidato a la Presidencia del Principado, Javier Fernández, aseguró ayer en el acto de homenaje a las 22 personas ejecutadas en el Pozo Funeres (Laviana) en 1948 que «miembros destacados de la derecha, como Jaime Mayor Oreja, que dicen que el franquismo era un régimen de extraordinaria placidez, tienen que preguntarse si quiere ser demócrata alguien que defiende la memoria de quien asesinó las libertades en España». Porque, señaló, «democracia es libertad» y «nadie es demócrata de nacimiento, hay que aprender a serlo».

Fernández centró su discurso pronunciado en Peña Mayor, a unos metros del Pozo Funeres, en la memoria y en el recuerdo de los fallecidos. Aludió a la proliferación desde que gobernó el PP de libros que «cuentan historias que pretenden que sea la historia». «¿Quién lo está financiando, quién está traficando y manipulando con tantos recuerdos y tanto dolor?», se preguntó el secretario general de la FSA.

La misión de estas obras, subrayó, es «legitimar el franquismo para que una enciclopedia futura diga que Franco fue un gobernante autoritario que salvó a España del comunismo, de la segunda Guerra Mundial y que sentó las bases de la prosperidad económica». Pero, indicó, ni fue más próspera «ni la salvó del comunismo» ni de la Guerra Mundial, «porque fue aliado del asesino al por mayor más atroz que ha conocido la historia. Esto hay que decirlo», apuntó.

Fernández recorrió a pie los montes de Peña Mayor hasta llegar a Funeres para, señaló, «recordar a estos hombres que murieron nueve años después de terminada la guerra», porque «después no llegó la paz, sino la victoria, que estuvo planeando durante casi 40 años sobre vencidos, humillados y derrotados». El homenaje se extiende a la «España emigrante» y a los que sufrieron torturas y prisión. «Venimos a que las generaciones de hoy, a que la España de hoy, sepa cómo fue la España de ayer», recalcó Fernández.

El secretario de la FSA propuso a aquellos que reclaman pasar página que antes «hay que escribirla y leerla». Llamó, asimismo, a los asistentes al acto de recuerdo de las víctimas de Funeres a reflexionar sobre la razón por la que «el juez (Baltasar Garzón) que hace 15 años fue jaleado por la derecha cuando imputaba a responsables de un Gobierno socialista ahora va a ser juzgado porque intentó investigar los crímenes del franquismo». El alcalde lavianés, Adrián Barbón, aseguró que subir a Funeres es «una forma de construir un tiempo mejor».

Con el puño en alto y cantando la «Internacional» (en la imagen) concluyó el acto de homenaje a las 22 personas que en 1948 perdieron la vida en el Pozo Funeres tras ser arrojadas por las fuerzas franquistas. Los trabajadores, ugetistas o simpatizantes del sindicato, eran naturales en su mayor parte de Tiraña, Barredos y Soto, en Laviana; San Andrés, en San Martín del Rey Aurelio, y en pequeñas poblaciones de Piloña y Bimenes. Todos ellos fueron reunidos en torno al pozo, que tiene 30 metros de profundidad, y arrojados a su interior. Según las crónicas, algunos de ellos quedaron con vida durante un tiempo, lo que hizo que las fuerzas franquistas obligaran a los ganaderos a no acercarse a la zona. Al acto de ayer al pie del Pozo Funeres asistieron Javier Fernández, Álvaro Cuesta, miembro de la ejecutiva federal del PSOE; María Luisa Carcedo, responsable de la Agencia de Evaluación de Políticas Públicas; el senador José Antonio Alonso, el secretario general del PSOE de Laviana, José María Solís, representantes de otras agrupaciones socialistas y unas doscientas personas.