Si no eres mía no serás de nadie» es la máxima moral que está detrás de muchos crímenes. Tal vez forme parte de los secretos de nuestra etnia, y se esconda en los códigos cifrados del genoma social, que lo hay. Pero pudiera tratarse de la manifestación de algo más vasto, y esa actitud extrema pertenezca a la misma familia que la que produce, a un lado, lo de «antes muertos que rojos», y, al otro, «revolución o muerte». En España esa extremosidad queda hoy sólo en los extremos, y la ancha franja central ya no comulga con barbaries, pero desde los extremos el viejo absolutismo sigue soltando células enfermas. Ya sé que lo que voy a decir puede ser excesivo, pero en la obsesión de Rajoy de poner a Zapatero como causa básica de nuestros males, y cifrar la solución en que la derecha recupere el poder, no sé cuánto puede haber de la sombría y castiza sentencia de la primera frase.