La obsesión de las cadenas por embutirnos de las diversas salsas rosas y de sangre a borbotones hace que uno, tras chapotear un rato, recale en La 2 como bálsamo. El día de Navidad, en hora de máxima audiencia, competían en las cadenas una invasión de serpientes en un Jumbo en vuelo y el acoso homicida de los robots sublevados. Al día siguiente el temporal de violencia había amainado algo, dando paso a la cursilería. Así caí en La 2, en una entrevista al profesor Joan Esteban, que ha modelizado en matemáticas guerras y conflictos, que se dan a partir de un grado de polarización social, étnica o religiosa. Todos los que por estas fechas vocean la paz deberían ir a un cursillo organizado por el profesor. Puesto que cada paso en la polarización nos acerca un poco al conflicto, y en última instancia a la guerra, todo el que polarice es enemigo de la paz. Por lo menos que lo sepa.