Oviedo / Gijón

Marta Renedo Avilés, la alta funcionaria de Administraciones Públicas, parece la clave de toda la investigación. Renedo constituyó al menos dos empresas a las que, aprovechándose de la confianza de su jefe, Alberto Pérez Cueto, director general de Modernización y Telecomunicaciones, cuya firma llegó a falsificar, adjudicó numerosos contratos. Renedo explicaría luego a sus cercanos que había copiado este proceder de otras adjudicaciones, como si fuera habitual en la Administración.

Para no levantar sospechas, siempre según la investigación, la funcionaria abrió varias cuentas con identidades obtenidas del fichero de acreedores del Principado. Renedo cobraba los contratos que ella misma certificaba, más de 800.000 euros, bien a través de sus empresas, bien efectuando pagos a dichas cuentas, de las que luego iba sacando el dinero con tarjetas de crédito. Aseguran que siempre iba a la última y que la perdían los famosos «manolos», los zapatos de Blahnik.

La voz de alarma la habría dado Hacienda tras pedir explicaciones a una mujer que recibió un ingreso de más de cien mil euros en su cuenta. La titular del depósito denunció entonces el caso advirtiendo de que su identidad había sido suplantada.