La Corredoria (Oviedo),

José A. ORDÓÑEZ

José Luis Rodríguez Zapatero aseguró ayer en Oviedo, en una clara referencia a Francisco Álvarez-Cascos y a su traumática salida del PP, que «Asturias no quiere fulanismos ni peleas, sino rigor, gente seria y partidos unidos». A este respecto, el presidente del Gobierno se mostró confiado en que el PSOE asturiano, del que se declaró «orgulloso», va a ganar los comicios del 22 de mayo por su «unidad» y por «poner el interés general por encima de los particulares», frente a una derecha que, según dijo, «no entiende a Asturias y ha superado ahora, desde la oposición, la que montó cuando estaba en el Gobierno con Marqués».

En un acto de presentación de candidatos celebrado en el Corredoria Arena de la capital asturiana, en el que la cúpula socialista insistió en reclamar unidad y en reivindicar el valor del partido frente a las aventuras personalistas para movilizar a sus votantes, el Presidente respondió a quienes ponen en duda su compromiso con la región. Zapatero aseguró que sus gobiernos han hecho «un gran esfuerzo» por Asturias. Para probarlo ofreció un dato que, según dijo, «habla por sí solo». De acuerdo con sus cálculos, el PP, en los ocho años que estuvo al frente del Gobierno, habría invertido en la región tres mil millones, mientras que su Administración ya lleva gastados seis mil millones. Es decir, el doble y en siete años.

Arropado por más de dos mil fieles, Zapatero añadió que, en sus años de gobierno, Asturias ha sido la segunda autonomía, tras Castilla y León, con una mayor inversión por habitante. Algo que se debe, según precisó, a un «compromiso político» con el Noroeste, pero, también, a la «insistencia en pedir cosas» del presidente Areces, al que elogió varias veces.

Zapatero desveló que el candidato socialista al Principado, Javier Fernández, «sólo me falló una vez», cuando rechazó su oferta para ser ministro y que «prefirió quedarse en Asturias». Además, se comprometió a «cumplir los plazos» para la llegada del AVE a la región, pero sin especificarlos pese a que él mismo aseguró hace años que estaría para 2009. Sobre la Autovía del Cantábrico se limitó a decir que se terminará «cuanto antes» y que se harán «más esfuerzos, si fuera necesario».

Junto a las referencias a la actualidad política regional, José Luis Rodríguez Zapatero, que ve «cercana una Asturias con magníficas infraestructuras de transporte», centró la mayor parte de su discurso en explicar las reformas que está poniendo en marcha su Gobierno. A pesar de reconocer que algunas de ellas son «duras» y que exigen «importantes sacrificios», el Presidente aseguró que lo que «hoy sembramos es la prosperidad del mañana». A este respecto, añadió que, al igual que la reforma de las pensiones que los socialistas llevaron a cabo a mediados de la década de los ochenta «sirvió para garantizar la continuidad de las prestaciones mientras la derecha miraba para otro lado», ahora es «necesaria» otra reforma «para que también estén aseguradas en 2020, 2025 o 2030».

En contraposición a la «responsabilidad» que aprecia en la actuación del Gobierno y a su «total disposición» a impulsar «todas las reformas que sean necesarias, con el consenso de sindicatos y patronal», Zapatero puso de manifiesto «la falta de criterio, proyecto y coherencia del PP», que, según dijo, «todo lo basa en atacar al Gobierno». Y es que, a su juicio, «ningún partido europeo de centro-derecha se posicionaría en contra de la reforma de pensiones más allá de lo que han hecho los sindicatos, situándose, como el PP, a la izquierda de Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo», en referencia a los secretarios generales de UGT y de CC OO, respectivamente. Para el jefe del Ejecutivo, todas esas carencias que aprecia en la derecha explican que el PSOE haya gobernado «dos terceras partes de los treinta años de democracia» y que vaya a «ganar las elecciones» del mes de mayo.

Interrumpido en varias ocasiones por los aplausos del público, Rodríguez Zapatero añadió que, pese a haber sufrido una huelga general por el descontento de los sindicatos con la reforma laboral, él es el Presidente que «más ha llamado al acuerdo» con las centrales. «Lo seguiré haciendo, porque es un factor de credibilidad y de confianza colectiva», señaló, para, a continuación, indicar que el «objetivo último» de las reformas es devolver «la prosperidad» a España, justificando los «esfuerzos y sacrificios» en la necesidad de «consolidar el Estado del bienestar».

En este ámbito, el jefe del Ejecutivo y secretario general del PSOE resaltó que, en los últimos años, y gracias a la acción de su Gobierno, «se ha incrementado la calidad de la sanidad y el gasto en educación, se han superado numerosas trabas educativas, han crecido las becas y se ha consolidado un sistema público de pensiones y una Seguridad Social que, según señaló, «cubre a todos los ciudadanos de una manera equitativa». Además, subrayó que el Gobierno ha llevado a cabo un «gran esfuerzo» con las pensiones no contributivas y que ahora se va a centrar en «recuperar a los miles de jóvenes» que se han quedado en paro a causa de una burbuja inmobiliaria de la que culpó al PP.

Zapatero destacó la relevancia del «plan E». Como ejemplo, aseguró que este programa ha permitido llevar a cabo 59 obras en Oviedo, donde, según dijo, «si no es por estos fondos, no se hubiese llevado a cabo ninguna inversión, porque el Ayuntamiento no tiene capacidad».