Oviedo, David ORIHUELA

Arturo García ya no es cura y sí líder del Partido Democrático y Constitucional, con el que se presentará el próximo 22 de mayo a las elecciones a la Presidencia del Principado. Cuando anunció sus aspiraciones políticas la Iglesia lo suspendió a divinis, de empleo y sueldo, y asegura que ha sido una decisión «muy difícil», pero tiene claro que no volverá, pese a que en su corazón «siempre estarán los principios religiosos».

Dice que tiene vocación de ayudar a los demás y por eso ha dado el salto cualitativo del sacerdocio a la política. Es de los que piensan que en vez de criticar es mejor actuar, «entrar en las estructuras para transformarlas desde dentro». Así lo explicó ayer durante la presentación de su partido en un acto celebrado en un hotel de cinco estrellas de Oviedo ante más de un centenar de personas que lo arroparon en su nueva andadura. Aún no ha presentado su programa, pero asegura que se basará «en la honradez y la libertad, en la lealtad y la fidelidad a todos los asturianos». García se vende como solución para regenerar el panorama político.

En cuanto al espectro político en el que se sitúa su formación, García niega la mayor y apela a una de las palabras que dan nombre a su partido: «constitucional». «Somos una generación que ha nacido con la Constitución y, por tanto, hemos superado las nomenclaturas de izquierdas o derechas, rojos o azules y progresistas y conservadores». Con esta base entiende que «sería una incoherencia hablar de un programa político cuando tenemos la experiencia de que los partidos tradicionales no cumplen sus promesas, porque en muchos casos la coyuntura se lo impide. Así que nuestro programa es un espíritu, un ánimo de cambio».

Arturo García, vecino de Grado, de 39 años, abogado con despacho en Oviedo, sabe que lo tendrá difícil para hacerse un hueco en la Junta General del Principado, «pero aunque la noche del 22 de mayo tengamos cero votos dormiremos con la conciencia en paz por haber hecho lo que creíamos que teníamos que hacer». Además, asegura, «el 23 de mayo estaremos legitimados para criticar».

El ex párroco ha cambiado su religión y ahora tiene fe en la política para cambiar las cosas.