Oviedo, María José IGLESIAS

Sobria y elegante, con un estilo cada vez más depurado. La Princesa Letizia eligió ayer el negro para su visita a Asturias. Llevó el mismo modelo para la inauguración de la exposición que conmemora el bicentenario de la muerte de Jovellanos, en Gijón, y para el cóctel y cena inaugural del Foro España-Estados Unidos, en el Hotel Reconquista de Oviedo.

No había problema, porque el vestido, con largo por encima de la rodilla y leves drapeados, servía perfectamente para ambos actos. Se pudo ver perfectamente durante la cena, en el Salón Covadonga, a la que entró con la chaqueta en la mano.

La ausencia de mangas resalta los torneados brazos de Doña Letizia, que a ella le gusta lucir a menudo. Si bien es cierto que el negro acentúa la delgadez de la Princesa, pero a la vez le da un aire de solemnidad y elegancia perfecto para un acto como el de ayer. Por ese color apostaron otras damas como Marisol Saavedra, la esposa del presidente en funciones del Principado, Vicente Álvarez Areces, que llevó un top de esa tonalidad y una maxifalda de fondo negro salpicada de topos blancos.

El toque de color de la Princesa lo aportaron los peep-toes en tono maquillaje o nude, de altísimos tacones, como es habitual en ella, que hacían contraste con la ropa. Otro de los rasgos que destacaron en la esposa del heredero de la Corona fue la ausencia de joyas (pulseras, collares o reloj).

Tan sólo se permitió lucir unas criollas (aretes), que son una de las tendencias de la temporada, y el anillo de boda, que nunca se quita. Además de los zapatos, otro de los complementos que llamaron la atención fue el enorme bolso-cartera con cierre plateado, también negro y en piel brillante.

El maquillaje en tonos muy suaves y el pelo liso, sin ningún tipo de adorno, completaron ayer el «look» de la Princesa, que una vez más centró muchos de los comentarios. La nota de color la puso, entre otras invitadas, la esposa del alcalde de Oviedo, Rita Mari Álvarez. Llevó un dos piezas en gris plata con falda larga. La ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez eligió el color vino.