El hecho de que Asturias se haya consolidado como un prestigioso destino de vacaciones es algo que supo ver por primera vez y antes que nadie Arcadi Moradell. Pero no sólo lo vio, sino que supo plasmarlo en una imagen que se convirtió en la primera marca y eslogan promocional del Principado: «Asturias, paraíso natural». Cualquier asturiano sabe que el diseño que acompaña a estas tres palabras mágicas son los arcos de Santa María del Naranco que dejan entrever un mar azul, una montaña verde y un sol, que también luce en el Norte. Cuando se cumplen 25 años de aquel certero diseño, Antoni Moradell, el diseñador de esta marca, habla con LA NUEVA ESPAÑA con una sensación agridulce tras percibir que desde Asturias «alguien» se empeña en buscar otros diseños alternativos al suyo y que, lamentablemente, no han conseguido implantarse en la memoria como su idea.

-¿Cómo surge la idea de la imagen del «paraíso natural»?

-Fue un encargo, nosotros ya estábamos trabajando diseñando imágenes para varias cadenas hoteleras y nos llamaron desde el Principado y nos pidieron que hiciésemos un estudio de mercado y de imagen. Fue muy llamativo porque nos dimos cuenta de que la gente que no conocía Asturias pensaba que en la región llovía el doble de lo que lo hacía en realidad.

-¿Y usted qué pensaba de Asturias hace 25 años?

-Yo recorrí Asturias con Tomás Flores, ex director general de Turismo del Principado, y aún no había ni una casa de turismo rural. Él me decía cuando veía una casona abandonada si me la imaginaba convertida en casa rural y yo le contestaba que sí, pero que a Asturias le iba a costar mucho reconvertirse, aunque era una región maravillosa. Yo ya la conocía, de hecho, me siento también asturiano. Si la imagen ha triunfado es también porque Asturias es un lugar precioso.

-¿Cómo se gestó ese diseño en su cabeza?

-Había que mezclar el aspecto cultural con la belleza, la naturaleza y la playa. Antes, hace veinticinco años, todos los soles eran rojos y los mares azules, pero queríamos ir más allá. Después de varias intentonas nos quedamos con el que fue el diseño final. Tomamos los tres arcos de Santa María del Naranco, como el hito de la cultura asturiana; después añadimos la playa y la montaña. A partir de ahí se fue desarrollando el diseño hasta obtener la imagen final, que es la que todo el mundo conoce.

-Supongo que confiaba en su trabajo pero ¿se esperaba un éxito tan rotundo?

-Pues la verdad es que no, sinceramente. Aunque es verdad que cuando vemos que una cosa tiene futuro eso se intuye. Recuerdo que el día que presentamos la imagen al público hubo una gran ovación del público, la gente aplaudió cuando vio la imagen y entonces pensé que había acertado porque yo no era ningún cantante para que me aplaudiesen.

-Ahora el sector turístico supone en Asturias un 11% del producto interior bruto, ¿se sigue llevando a cabo una estrategia comercial correcta del filón turístico en la región?

-Lamentablemente, no. Antes pensaba que en Asturias se estaba llevando a cabo una política turística buena, pero en los últimos años me he dado cuenta de que cada político llega con la intención de cambiarlo todo sólo con la idea de apuntarse el tanto y sin preocuparse por mantener una imagen que ha funcionado y calado en la gente. Se han vendido «osos Yoguis», se ha vendido el «Saboreando Asturias» y últimamente tenemos un eslogan en el que se lee: «Asturias, lo dice todo el mundo». Y venga intentonas, para terminar recurriendo siempre a la primera idea, la nuestra, la que verdaderamente identifica a Asturias. Y me pregunto: ¿qué es saboreando Asturias? Y ¿qué piensa un catalán cuando lee: Asturias, lo dice todo el mundo?, ¿qué es lo que dice todo el mundo?, ¿que llueve?, ¿que hay más contaminación?, la respuesta se queda en el aire. Las últimas campañas se han hecho fatal, estamos dando tumbos y palos de ciego.

-Las imágenes que funcionan ¿tienen que mantenerse siempre?

-Hay que renovarlas, mejorarlas y adaptarlas, pero cuando algo cala en la gente hay que mantenerlo. Nosotros hicimos la imagen de Baqueira Beret y ahí sigue, no se ha tocado. Se pueden cambiar las imágenes pero no el concepto. La campaña de «Saboreando Asturias» hubiera estado bien si se lanzase dirigida al sector hostelero, por ejemplo, pero no intentando vender la región. En Asturias se han hecho las cosas muy mal en los últimos años. Me refiero a los responsables de Turismo, han sido unos pésimos gestores. La gestión está llegando a un grado de subnormalidad total en el que cada uno que llega nuevo sólo piensa en imponer lo suyo. Claro que se pueden hacer submarcas, como son la montaña central o los valles mineros, pero siempre tiene que quedar claro que forman parte de Asturias y de ese «paraíso natural».

-Murcia sacó un eslogan hace dos años utilizando el mismo mensaje del «paraíso natural». ¿Plagio?

-Esto es muy propio de este país. Yo con cuarenta años de profesión he visto casi de todo. Es cierto que un paraíso natural no tiene por qué ser verde, pero lo que ha hecho Murcia es el resultado de un mal gusto tremendo o de una poca creatividad... O tiene poca información y no conocen la marca de Asturias o lo copian aun sabiendo que si hay una reclamación nunca van a poder utilizarla.

-¿Qué imagen de las que se quedan en la retina le parece que es un buen ejemplo de un diseño bien gestionado?

-La imagen de Andalucía, con sus colores vivos y sus detalles árabes es una buena marca. Ahora tienen que gestionarla bien. Es un buen ejemplo a seguir y sé que tienen la intención de no tocarla en años.

-¿Tocaría usted su primera marca de Asturias?

-Sí, modernizaría la grafía. Cuando se hizo hace veinticinco años se eligió una tipografía muy representativa basada en la Cruz de la Victoria, en la artesanía y en la primavera. Ahora habría que hacer una imagen más fresca.

- Y ¿la hará?

-Espero que la próxima persona que dirija Turismo en Asturias tenga al menos la dignidad de llamarme.

Trayectoria

Con más de cuarenta años en el mundo del diseño, Arcadi Moradell se ha convertido en uno de los más prestigiosos diseñadores gráficos de España.

Inicios

Nació en Barcelona en 1946 y es hijo del diseñador gráfico Ernest Moradell, considerado uno de los mejores del mundo en este sector.

Grandes éxitos

En 1973 crea la imagen corporativa de la estación de esquí alpino de Baqueira Beret, que todavía se conserva. También hizo la marca de Unipapel, del parque Tibidabo de Barcelona y de los taxis de la Ciudad Condal. Otras marcas con éxito son el cartel Barcelona 92 para el Comité Olímpico Español y la imagen de Gallina Blanca o del Hospital Central de Asturias.