Oviedo, María José IGLESIAS

Asturias perderá 1.346 millones de euros en ayudas europeas entre 2014 y 2020, que supondrán a las arcas del Principado dejar de ingresar 192 millones al año, el 87 por ciento del dinero que vienen recibiendo anualmente durante el período 2007-2013, en el que las subvenciones suman 221 millones de euros por ejercicio.

La culpa la tiene el efecto estadístico que provoca el cálculo del producto interior bruto regional tomando como referencia los veinticuatro estados de la Unión, entre los que están las nuevas incorporaciones de países del Este, que bajan la media per cápita considerablemente. Ese «efecto» ha hecho que Asturias supere el 97% del PIB europeo, que rebasa holgadamente la barrera del 90% impuesta por Bruselas para dejar de percibir las subvenciones dirigidas a las regiones que necesitan equipararse a las más ricas.

A partir de 2014 Asturias tendrá que acostumbrarse a jugar en esa liga de los «ricos» estadísticamente hablando, a la que las ayudas llegan con cuentagotas, porque se supone que ya no se necesitan. En el actual período, que acaba en 2013, el Principado tiene asignados 1.546 millones, entre los que destaca como partida más numerosa el fondo de cohesión, con 557,4 millones.

Al pasar a ser una región de «competitividad y empleo», Asturias sólo tendrá garantizados 200 millones, unos 28,5 anuales, por los que habrá que luchar con proyectos ligados a fomentar la eficiencia energética, las energías renovables y la innovación de las empresas.

Además, conviene matizar que el cálculo se realiza en virtud de los baremos de reparto que se emplean actualmente para las regiones de primer nivel, en las que Asturias ingresará en 2014. No será hasta 2013 cuando quede plenamente definido el nuevo marco de acceso a los fondos, que se encuentra en fase de negociación, según señala Javier Velasco, hasta ahora director de la Casa de Asturias en Bruselas y experto en política europea, y corroboran los eurodiputados asturianos Salvador Garriga, del PP, y María Muñiz de Urquiza, del PSOE.

Arañar más fondos dependerá de la habilidad de la Administración y las empresas para diseñar proyectos subvencionables. La Unión Europea destinará 376.000 millones de euros a la cohesión social, económica y territorial entre 2014 y 2020. De ellos, 53.000 serán para las regiones de competitividad, entre ellas Asturias. Tal como explica Salvador Garriga, ponente en la Comisión de Perspectivas Financieras del Parlamento europeo, no se ha hecho todavía un reparto por países ni por regiones.

En la actualidad, Asturias está considerada como una región «phasing out» o de «transición», es decir, una de las que salen del nivel de las poco desarrolladas.

Para dar el salto al siguiente nivel de riqueza, el efecto estadístico mencionado anteriormente se ha complementado con la influencia de las pensiones de prejubilación, que elevan considerablemente la media de ingresos de los asturianos.

Eso no ocurre en Galicia, Castilla-La Mancha, Andalucía y Murcia, que entrarán en la categoría de regiones intermedias, las que están entre el 75% y el 90% del PIB europeo, y que, por tanto, seguirán recibiendo dinero del fondo de cohesión.

Una de las principales consecuencias de la salida de ese fondo de cohesión será que las grandes infraestructuras que quedan pendientes -finalizar las autovías del Cantábrico y de La Espina y el AVE a Madrid- se tendrán que financiar con dinero español, público y privado, según matiza Velasco.

Añade que el núcleo fundamental de las nuevas ayudas irá destinado a impulsar lo que en Bruselas se denominan «estrategias regionales de crecimiento inteligente». Será una nueva forma de trabajar que obligará a reformular los proyectos, que en muchos casos deberán realizarse en colaboración con otras regiones de diferentes países.

El Principado sufrió el primer gran recorte de fondos europeos en 2006, cuando perdió la consideración de región «objetivo 1» o de convergencia, la categoría de las regiones más pobres, que en España solamente conserva en la actualidad Extremadura.