La internacionalización de las pequeñas y medianas empresas asturianas es una de las principales vías para salir de la crisis, aunque no lo tienen fácil, en especial las empresas gestionadas por mujeres.

Así lo explicó ayer en la Feria Ana López-Cancio, administradora de Forja Formación, durante la jornada de la Asociación Empresa Mujer (Asem) titulada «Retos de Futuro».

Uno de los problemas específicos de las empresarias se debe a las «dificultades de relación en determinados países extranjeros, como los musulmanes, debido a cuestiones culturales», ya que se trata de países donde la mujer está relegada a un segundo plano social y en muchos de ellos no conciben hacer negocios con mujeres. De este modo, África y gran parte de Asia, están vetados para las empresarias. Se trata de algunos destinos apetecibles para las exportaciones, desde el Magreb hasta los países árabes.

¿Solución? «Generalmente consiste en buscarse un socio varón y enviarlo allí para que ponga orden, mientras nosotras dirigimos desde aquí las operaciones», explica Ana López-Cancio. Además de estas cuestiones, las empresarias también padecen otros problemas comunes al resto de mujeres trabajadoras, como son los de conciliación de la vida familiar y profesional, agregó.

Ana López-Cancio animó ayer a las asistentes a la jornada de Asem a abrir las fronteras de sus negocios, ante la complicada situación de la economía española. «Las pymes tienen que quitarse los miedos y vender sus productos y servicios al mercado exterior, como una vía natural para el crecimiento. Si las pymes no se internacionalizan, difícilmente vamos a hacer que crezca el mercado español, porque somos la base de la industria en España, aunque sin embargo somos las que menos ayudas recibimos para exportar y crecer», apuntó.

Entre los problemas para todas las pequeñas y medianas empresas, según esta directiva, están que no está suficientemente potenciada la marca España, frente a la de otros países, como Italia, porque aquí «se diluye frente a las marcas de las comunidades autónomas» y la reducción de ayudas a la internacionalización se va a producir con la pérdida de recursos de las cámaras de comercio, entidades a través de las que se canalizaban. «Hay que buscar una alternativa», apuntó.

La presidenta de Asem, María Antonia Álvarez Suárez, añadió que además de la internacionalización, la innovación, cooperación empresarial y acceso a la financiación son algunos de los factores necesarios para que las empresas se mantengan y puedan seguir creciendo.