Oviedo, M. J. IGLESIAS /

Javier CUARTAS

En plena tormenta sobre la banca y la deuda soberana europeas, el presidente de Bankia, el asturiano Rodrigo Rato, defendió ayer en Oviedo el proyecto de construcción europea y lo propuso como modelo a imitar por Latinoamérica. «En la UE estamos afrontando muchas dificultades, pero no nos ha ido mal con la integración europea», afirmó el ex vicepresidente económico del Gobierno. Pero, a la inversa, el director ex gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) propuso a Europa secundar el ejemplo iberoamericano, un continente que fue capaz de superar las crisis financieras de los ochenta, no sin «esfuerzos, lágrimas y sacrificios» -y «a veces con errores»- y que hoy son «ejemplo», en muchos casos, de «prosperidad».

«De los países latinoamericanos tenemos que obtener enseñanzas los orgullosos europeos, ahora que tenemos dificultades para encontrar el camino en Europa», afirmó Rato durante una intervención en el Paraninfo del edificio histórico de la Universidad de Oviedo.

Rato fue uno de los cinco galardonados por la Asociación Iberoamericana de la Comunicación (Asicom) y la Universidad de Oviedo, en colaboración con otras instituciones y entidades de Iberoamérica, con los Premios Iberoamericanos 2011, que reconocen el trabajo de profesionales, académicos y artistas que han destacado en diferentes disciplinas dentro del contexto iberoamericano, por su contribución a la construcción y reconstrucción esta región histórica.

Junto con el asturiano Rodrigo Rato, en la actualidad presidente de Bankia, fueron distinguidos Margarita Zavala, primera dama de México; el diplomático estadounidense Jeffrey Davidow, presidente del Instituto de las Américas y ex embajador de Estados Unidos en México; Enrique Agüera, rector de la Universidad Autónoma de Puebla, en México; y Baron Daniel Brennan, miembro vitalicio de la Cámara de los Lores, socio fundador de Matrix Chamber, ex presidente de la Canning House y de la Barra de Abogados de Inglaterra y Gales.

En un acto de fuerte vocación americanista, en la víspera del Día de la Hispanidad, Rato apuntó la integración de los países del área como el «camino pendiente de Latinoamérica para hacer florecer las oportunidades en el continente».

«Estos primeros diez años del siglo XXI han sido casi prodigiosos en México y otros países latinoamericanos», sostuvo el político y financiero. Son países, explicó, que «han pasado de las endémicas crisis de su década perdida a ser ejemplo de crecimiento y en los que millones de personas fueron capaces de luchar contra las situaciones injustas y contra el viento de la historia».

En una alusión implícita a China y a otras economías emergentes, Rato afeó la vía por la que han optado «aquellos países que han aplazado el reconocimiento de los derechos fundamentales» con la excusa de dar prioridad al crecimiento económico frente al modelo latinoamericano, que afrontó de forma simultánea, dijo, la recuperación de la democracia y de la economía. «Latinoamérica, en mi opinión, ha acertado» porque «la democracia es la mejor garantía de presente y de futuro y la mejor forma de resolver las discrepancias».

Tras las décadas terribles de los sesenta y setenta por su retroceso democrático y pérdida de las libertades, y de las crisis económicas de los ochenta, Latinoamérica hizo coincidir -«no casualmente», dijo- la recuperación de «las libertades económicas y políticas y también la estabilidad económica y social, logrando avances en la consolidación de sociedades civiles poderosas».