Tras la pompa que rodea la entrega de los premios que llevan el título del Heredero de la Corona, ayer era el día de estar cerca de la gente. Don Felipe y doña Letizia estrecharon manos, abrazaron a niños y siguieron con interés las explicaciones del presidente de la asociación cultural y de la alcaldesa, María Goretti Quintana. En su discurso, la regidora resaltó el «incuestionable sentimiento asturiano» de los santirseños, expresado «de forma inteligente e integradora» hacia el territorio que los rodea. A los Príncipes les entregaron «su tesoro» cultural.

Galicia forma parte de la vida de San Tirso casi tanto como Asturias, y los únicos aplausos que interrumpieron el discurso de don Felipe sonaron tras su alusión a los vecinos «de la otra orilla del Eo, vuestros hermanos, que comparten con vosotros una larga y nada fácil historia». Hasta San Tirso viajaron algunos de ellos, como un vecino de la localidad lucense de Trabada que esperó durante horas para poder saludar a los Príncipes. Don Felipe le dio la mano: «Ahora no la lavo más».

Más costó, quizá por la misma emoción contenida que dominó la jornada, que a pesar de los ánimos del Príncipe los santirseños se lanzasen a cantar las estrofas del «Asturias, patria querida» sobre la música de la Banda de Gaitas de Vegadeo. El tejido asociativo de San Tirso de Abres es, según don Felipe, un «rasgo sobresaliente de amor a esta tierra, de vuestra voluntad firme de preservar las tradiciones y salvarlas del olvido». A él se refirió el presidente de la asociación cultural, Ángel Prieto, para destacar el trabajo del Grupo de Portadores de la Tradición Oral, encargado de transmitir a los niños las costumbres y los oficios tradicionales casi perdidos. Ayer fue «día santo» en San Tirso, el más importante en la historia reciente del concejo más occidental del Principado. En sus palabras, esta vez en gallego-asturiano, Prieto dio gracias a los Príncipes «por achegarse a esta esquina de Asturias. No noso corazón quedará por muitos anos a vivencia del momento. Unha vivencia que contaremos de generación é generación».