El Llano (San Tirso de Abres),

T. CASCUDO / P. GALLEGO

«En palabras de esta tierra, hoy é día santo en San Tirso de Abres». La frase es del presidente de la Asociación Cultural San Tirso del Eo, Ángel Prieto Souto, que desde hace días no para de recibir abrazos y palmadas en la espalda. Para muchos, él es el principal responsable de que ayer los Príncipes de Asturias visitasen San Tirso de Abres, una esquina de Asturias rodeada por Galicia, para entregar a los santirseños el diploma que los distingue como «Pueblo ejemplar». Don Felipe afirmó que lo merecen por su «compromiso con la tradición y la cultura», por «haber combatido en la lejanía, durante muchos años, el aislamiento y el olvido» que acompañan al concejo más occidental del Principado. «Entre otros méritos», añadió el Heredero de la Corona, entregado a uno de esos actos en los que puede estar próximo a la gente y escucharla, «resalta el de ser solidarios, y esa actitud resuena con fuerza en nuestros corazones. Porque, ante la gravedad de los problemas que vivimos, la solidaridad es uno de los valores que enaltecen la vida ante la desgracia ajena». «Estamos en el comienzo de tiempos nuevos y difíciles en los que el bienestar de cada uno ha de ser inseparable del bienestar de los demás», aseveró.

Ayer fue día de fiesta en San Tirso y sus habitantes lo vivieron con un respetuoso silencio, roto a veces por aplausos, que contrastó con la efusividad de otros «Pueblos ejemplares». En parte fue así por su carácter. También porque, si se soltaban a hablar de su encuentro con don Felipe y doña Letizia, con poco se les saltaban las lágrimas de la emoción y no querían llorar ante los Príncipes. Con 94 años, María Presentación Acevedo «tenía miedo a morir» sin ver a don Felipe. Ayer, en plena demostración del esfoyón del maíz, pudo decirle casi al oído que era «muy grande y muy guapo».

Los Príncipes, junto a las principales autoridades de la región, habían llegado a mediodía y en helicóptero a una parcela próxima al pueblo. Con menos coches oficiales y un despliegue de seguridad menos evidente que otros años, don Felipe y doña Letizia recorrieron San Tirso hasta la plaza de La Tapia, donde se entregó el galardón que desde ayer une a San Tirso de Abres con los veintiún «Pueblos ejemplares» anteriores. Para ellos tuvieron los Príncipes palabras de recuerdo, tras quince años sin visitar el Occidente.