Tres asturianos destacaron en la defensa de la convocatoria de Cortes en la Junta Central. Uno fue Gaspar Melchor de Jovellanos, cuya personalidad es sobradamente conocida.

Otro de estos tres paladines de las convocatorias fue Francisco Bernaldo de Quirós y Mariños de Lobera, quinto marqués de Camposagrado, que había nacido en Oviedo en 1763, y que había sido elegido por la Junta Suprema de Asturias, junto con Jovellanos, sus representantes en la Central. El tercero era Antonio Valdés y Bazán, hijo de Fernando Valdés y Quirós, natural de Cangas del Narcea, donde su familia tenía casa solariega, así como en otros lugares de Asturias, como Avilés, Candamo y Pravia, aunque había nacido en Burgos en 1744, donde su padre era corregidor, intendente general y alcalde mayor del Real Adelantamiento de Castilla.