Hoy es el día de Mercedes Fernández. La candidata del Partido Popular a la Presidencia del Principado será, junto al número uno en las elecciones andaluzas, Javier Arenas, la gran protagonista de la jornada en el congreso de los populares que se celebra en Sevilla. Quince días antes, en el mismo escenario, el PSOE se había volcado con su cabeza de lista en Asturias, Javier Fernández, en el transcurso del cónclave que eligió a Alfredo Pérez Rubalcaba como nuevo líder del socialismo español.

Similares puestas en escena, pero ni mucho menos iguales. Los socialistas llegaron a Sevilla como claros perdedores de unas elecciones, las del 20 de noviembre, y totalmente divididos entre los seguidores de Rubalcaba y los de Carme Chacón. Había tensión. El congreso comenzó con incertidumbre y acabó con tirantez. El nuevo líder del PSOE habló con Javier Fernández, se abrazó con él y le citó en sus intervenciones ante los compromisarios de toda España. Pero ahí se quedó el montaje interno para el relanzamiento del candidato socialista a la Presidencia del Principado. Los asistentes al congreso se quedaron con las ganas de oírle. No intervino. Y gracias que el triunfador fue Pérez Rubalcaba, que si no, ¿quién puede asegurar que el cabeza de cartel del PSOE hubiese sido finalmente Javier Fernández?

El PP se presenta en Sevilla en lo alto de la ola del triunfo electoral. Desde el 20-N no ha habido aún tiempo suficiente para el primer desgaste gubernamental. Todavía está el Ejecutivo en época de bonanza. El congreso será, a diferencia de otros anteriores, una balsa de aceite. Mariano Rajoy aprovechará estos días en Sevilla para darse un baño de masas y poco más. Sus críticos, que los hay (con los que siempre sintonizó muy bien el actual presidente del Principado en funciones, Francisco Álvarez-Cascos) callarán, no tienen otra opción, a la espera de futuros resbalones del, en estos momentos, líder indiscutible la derecha.

Y es en estas circunstancias en las que Mercedes Fernández será investida hoy por el Congreso de su partido como candidata a presidir el Gobierno asturiano. ¿Quién se lo iba a decir a ella hace sólo unas semanas? Y como siempre en su vida política la culpa de todo la tiene Francisco Álvarez-Cascos. La promocionó siempre en el PP, en el Ayuntamiento y en la junta local de Gijón y en el Congreso de los Diputados. Durante años fue una de sus personas de máxima confianza, hasta que hace poco más de un año decidió dejar el PP y fundar su propio partido, Foro Asturias, y Mercedes Fernández, familiarmente Cherines, por primera vez en las última casi tres décadas no le acompañó.

Cascos sigue influyendo, aunque sea indirectamente, en la carrera política de la ahora número uno autonómica del PP. Porque si Mercedes Fernández está donde está ahora es, entre otras razones, porque Rajoy, conociendo su estrecha relación con Cascos, le quiso agradecer su lealtad al partido fundado por Fraga proponiéndola como cabeza de cartel en los comicios legislativos de noviembre. Y sus buenos resultados la han llevado a optar a la Presidencia del Principado, además de hacerse con la dirección regional del PP tras la renuncia de Ovidio Sánchez.

Y si está en Sevilla como una de las grandes protagonistas del congreso popular es porque Cascos adelantó las elecciones asturianas para hacerlas coincidir, el 25 de noviembre, con las andaluzas. Los comicios podían haber sido uno o dos meses después, y entonces, lo más probable, es que Mercedes Fernández estuviera ahora en Sevilla como una delegada más, no como una de las grandes estrellas del cónclave.