La Asociación de Lagareros de Asturias (ALA) está a punto de pasar a la historia. El colectivo despidió hace unos días a su presidente ejecutivo, José María Osoro, cuya gestión ha sido muy criticada por numerosos llagareros, y prepara lo que parece una inminente disolución. La impresión generalizada en el sector es que la asociación, que ha sido abandonada en los últimos años por varios profesionales de reconocido prestigio, ha dejado de tener utilidad y que apenas presta servicios. Aunque la decisión definitiva no está tomada, los llagareros podrían crear un nuevo colectivo, más adaptado a las circunstancias actuales de un sector que ya cuenta con denominación de origen, o decantarse por la integración en la Asociación de Sidra de Asturias (ASA), en la que están los principales elaboradores de sidra espumosa de la región. Consuelo Busto, gerente de Mayador, es su presidenta.

El descontento de buena parte de los llagareros con la gestión de Osoro, que es concejal del PP en el gobierno tripartito de Nava, viene de lejos. El goteo de bajas en la asociación profesional ha sido constante y el pasado septiembre se llegó a una situación límite: la junta directiva presentó su dimisión en bloque a Osoro. Aunque la versión oficial fue que el mandato de los directivos concluía, varios integrantes de la junta reconocieron a este diario que abandonaban en desacuerdo con la gestión del presidente, al que acusan de «no hacer nada verdaderamente interesante para el sector».

LA NUEVA ESPAÑA contactó ayer con Osoro, quien declinó hacer manifestaciones.