Oviedo, Eloy MÉNDEZ

El problema de absentismo en la plantilla de la Universidad de Oviedo que denunció Vicente Gotor durante su toma de posesión como rector del pasado miércoles se circunscribe a «una docena de casos muy localizados». Aun así, el equipo de gobierno de la institución académica está decidido a poner coto a esta situación, para lo que tendrá que reactivar la Inspección de Servicios, sin personal desde hace casi cuatro años. Además, los sindicatos aprovechan para solicitar que se elabore una lista con enfermedades profesionales propias de los profesores y empleados administrativos.

Gotor sorprendió a propios y extraños durante su discurso con la denuncia de que algunos trabajadores cogen una baja durante períodos en los que acumulan carga de trabajo, y el alta cuando tienen que dar menos clases. «Estamos hablando de unos doce casos, perfectamente controlados, dentro de una plantilla formada por 2.042 docentes», señaló ayer Julio Antonio González, vicerrector de Profesorado, Departamentos y Centros en funciones. «Pero lo que no podemos permitir es que persista esta conducta de unos pocos amparándose en el escrupuloso cumplimiento de una amplísima mayoría», prosiguió. «Creemos que la Universidad debe ser modélica en estos aspectos y lucharemos contra cualquier caso», remató.

Sin embargo, las palabras del Rector causaron rechazo entre los representantes de los trabajadores, que lo acusan de haber dado demasiada trascendencia a un «fenómeno claramente minoritario». «Todas las personas que están de baja es porque un médico se la ha firmado, así que no se comprende muy bien lo que Gotor quiso decir», razona Daniel Rodríguez, representante de FETE-UGT en los Consejos de Gobierno y Social de la Universidad. «Me parece que este asunto debe analizarse con tranquilidad y respeto porque la inmensa mayoría del profesorado cumple a la perfección con sus obligaciones», resalta.

Rodríguez considera además oportuno que se redacte una lista de patologías profesionales para todo el cuerpo docente, desde la Educación Infantil hasta la Superior. «Existen enfermedades consustanciales al ejercicio de esta labor que no aparecen recogidas y que, muchas veces, no son tenidas en cuenta», advierte. Y hace un último alegato en defensa de la responsabilidad de los profesores. «Tengo conocimiento de que muchos de ellos acuden a trabajar incluso con algún problema de salud que no es demasiado grave», concluye.

Tampoco entre los miembros del personal administrativo y de servicios (PAS) cayó en saco roto la advertencia. «Que yo sepa, las bajas las dan facultativos, así que no creo que Gotor tenga pensado investigarlos», señala Santiago García Barros, representante de este estamento en el Consejo de Gobierno. Además, atribuye al actual equipo universitario la supresión de las dos plazas del Servicio de Inspección que puso en marcha el anterior Rector, Juan Vázquez. «Eliminaron estas plazas en su primera reforma de la relación de puestos de trabajo y, además, intentaron incluso suprimir este órgano cuando renovaron los estatutos», dice.

García Barrio también cree que los casos de absentismo denunciados «son muy minoritarios». «No tengo conocimiento personal de ninguno, aunque muy de vez en cuando se escucha hablar de este tema respecto a personas muy concretas», dice. Por eso, también pide que no se coja la parte por el todo. «La inmensa mayoría de los trabajadores cumple estrictamente con su jornada laboral y eso lo saben también en el Rectorado», concluye.

En la misma línea apunta el Defensor del Universitario, Ramón Durán, que niega haber recibido ni una sola queja por un problema de estas características. «En este sentido, se funciona institucionalmente de forma correcta, porque cuando alguien no puede acudir a su puesto de trabajo, es sustituido inmediatamente por otro; así que los alumnos no pagan las consecuencias», afirma. «Desconozco personalmente a nadie que haya incurrido en una infracción de estas características, aunque también creo que es normal que se persigan, en el caso de que se produzcan», concluye Durán.