Oviedo,

Félix VALLINA

Juan Luis Rodríguez-Vigil, ex presidente del Principado y vocal del Consejo Consultivo, lo tiene más que claro: «El caciquismo existe hoy en día en las administraciones públicas y eso no tiene discusión». El ex presidente del Principado asegura que «si se hiciera un análisis de cómo han llegado a trabajar en el sector público muchas personas, veríamos que hay unos sesgos ideológicos determinados que suelen coincidir con el color político del que está en ese momento en el poder». Vigil sostiene que ese tipo de prácticas «generan una desafección social y el ambiente tenso en el que día a día nos movemos cuando hablamos de la vida de las administraciones públicas y sobre todo de las municipales, donde el ambiente no es transparente ni agradable».

Así de rotundo fue Vigil durante la charla que ofreció ayer en las dependencias del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) dentro del ciclo de conferencias «Ideas para una reforma del régimen local en Asturias», un programa que se desarrollará hasta diciembre, con charlas semanales y la participación de una larga lista de expertos con trayectorias contrastadas y ligadas a los distintos ámbitos que afectan al mundo municipal. Al ex presidente del Principado le tocó hablar ayer sobre «Caciquismo tradicional y neocaciquismo democrático. Riesgos y realidades; prevención y barreras».

Rodríguez-Vigil comenzó su ponencia haciendo un repaso de la figura del «cacique» en las administraciones públicas a lo largo de la historia, «que siempre ha existido». «Antes los ayuntamientos no movían dinero ni existía el negocio del urbanismo, aunque el tipo de favores de los caciques también era variado. Hoy en día, sí hay mucho dinero en juego, empleos, suelo... Y, además, se ha pasado de un total control de las administraciones a la ausencia total de control, que da pie, en ocasiones, a corrupciones y corruptelas», señaló el ponente, que añadió: «Hoy las prácticas caciquiles se engloban en lo que se podría llamar nepotismo. Los que entregan su lealtad quieren obtener algo a cambio y algunos favores rozan el Código Penal». Rodríguez-Vigil considera que una reforma del régimen local en Asturias -«que debe haberla», aseguró- es reforzar el control en los ayuntamientos. «Por ejemplo, establecer de nuevo la obligación de los secretarios de salir del concepto de asesor para tener que dar su advertencia de legalidad de todas las operaciones».