Oviedo, J. A. O.

La zona metropolitana del centro de la región tiene indudables potencialidades, pero también, debido a su carácter policéntrico, corre importantes riesgos que sólo se pueden conjurar mediante una mayor integración política de los pequeños municipios que conforman el territorio. «Se está materializando un área central extensiva, desestructurada y dispersa», advierte el coordinador del Regiolab, que se aprecia, por ejemplo, en un crecimiento urbanístico que no se reconcentra en el triángulo central o en la proliferación de centros comerciales en Siero, justo en el límite con Oviedo, debido a las diferencias fiscales entre concejos.

La fórmula para aprovechar los efectos beneficiosos de las economías de escala y de aglomeración propias de las grandes manchas urbanas consiste, a juicio de Rubiera, en aplicar un «mecanismo de coordinación potente». De esa forma, sería posible conseguir un «área metropolitana fuertemente coordinada», aunque con margen para cada municipio, sin necesidad de llegar a las fusiones.

«La clave es coordinar planes urbanísticos para dirigir conjuntamente el crecimiento y hacer lo mismo con el transporte, los residuos y las inversiones», resume el economista. Y, en este sentido, la estructura administrativa en pequeños municipios fragmenta políticamente la Ciudad Astur y abre el escenario idóneo para que se genere una muy perjudicial competencia por la atracción de población, inversiones o infraestructuras.

«Urge revisar la estructura municipal en Asturias, no como una medida de ajuste económico, sino para frenar la huella que un crecimiento desordenado en el centro de la región está produciendo y para impulsar un desarrollo planificado del área metropolitana que emerge», como idea fuerza para emprender la reforma de la estructura municipal de Asturias.