Oviedo, M. J. IGLESIAS

Los paraguas volverán a abrirse durante la Semana Santa en Asturias. El sol que ha brillado estos días aguantará hasta el próximo lunes y se irá ensombreciendo a partir del martes, coincidiendo con la llegada de los días centrales de las vacaciones. Las lluvias se esperan entre el miércoles y el viernes, días principales de las vacaciones.

Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) indican que el cielo amanecerá cubierto el martes en toda la región, salvo en el Occidente. Pero también allí durará poco la tregua, porque para el miércoles las previsiones prevén nubarrones en prácticamente todo el Principado.

Las lluvias llegarán ese día al centro, Oriente y Occidente, y tan sólo se librarán algunas áreas del interior. El Jueves Santo amanecerá pasado por agua en toda Asturias. Además, las precipitaciones también estarán acompañadas de un descenso de las temperaturas, con un arco de mínimas entre 4 y 8 grados según la zona y máximas que se desplomarán desde los 19 y 20 grados que se esperan hoy, a una horquilla que va de los 15 a los 11 el próximo jueves. El «consuelo» para los hoteleros y hosteleros es que los malos vaticinios se extienden también al centro y al sur de España.

A partir del jueves, tal como indica la Aemet, lo más probable es que continúe la inestabilidad sobre toda España, con precipitaciones que serán más intensas en Asturias y en el resto de las comunidades del Cantábrico. El viento de componente Norte hará bajar las temperaturas, por lo que es probable que la cota de nieve se sitúe en torno a los 1.000 metros.

Fuentes de Hostelería de Asturias señalaron que el factor climático adverso generalizado a toda España puede jugar a favor de Asturias. Ante la perspectiva de una ausencia de tiempo de playa, una parte importante de turistas podría decidir, a última hora, viajar al Principado para disfrutar de la oferta de paisaje, cultural y gastronómica, «algo para lo que no hace falta tener sol», según las mismas fuentes. En cambio ese sol sí es fundamental para que se celebren las tradicionales procesiones en Castilla y León, comunidad que por cercanía ejerce una competencia directa con Asturias.

El perfil de los huéspedes que acuden al Principado en estas fechas son principalmente familias con hijos y parejas que quieren tranquilidad y descanso.