Un 3,56. Así de triste y así de pobre. Es la nota que le ponen los encuestados por el CIS al valiente Enrique Álvarez-Sostres, el solitario diputado forista del Congreso. ¿Qué habrá hecho el bueno de Sostres en unos pocos meses por Madrid para que lo sitúen en el furgón de cola de una patulea de malos estudiantes? ¿Habrá sido por su «decisivo» voto a favor de la reforma laboral de Rajoy? ¿O por facilitar a Rosa Diez la constitución de grupo parlamentario, de lo que, por cierto, Foro rascó una subvención de casi 22.000 euros por estar con ellos unos momentos y después pasarse al Grupo Mixto?

Desde esta gacetilla te decimos, si nos los permites, amigo Enrique, que no te preocupes, que al fin y al cabo nadie ha pasado del cinco, ni siquiera la tan admirada Rosa Díez, lideresa de esta ingrata clasificación con un 4,91 que, vista la mediocridad de estos aspirantes a próceres, puede otorgarse esas nueve décimas que le faltan para el cinco.

Mariano Rajoy (4,79) y la dirigente de Geroa Bai, Uxúe Barkos (4,62) completan un bonito, por decir algo, podio.

Lo peor para Sostres no es el suspenso per se, que una mala tarde la puede tener cualquiera. No. Lo más duro es que el hombre de Cascos en Madrid es el decimosegundo de una lista de trece y que nada más que gana a Josu Erkoreka, del PNV, que saca un 3,49. A Sostres lo supera, que ya tiene delito, hasta el tal Iñaki Antigüedad, de Amaiur, y eso debe de doler. Pero no pasa nada. ¡Ánimo, Enrique!