Ángel Luis Suárez García, un vecino de Lugones de 43 años de edad, faltó ayer a trabajar por primera vez en más de dos décadas. Y no fue por voluntad propia. El tren de cercanías en el que este lugonino cubre desde hace 14 años el trayecto entre su domicilio y su lugar de trabajo -la fábrica gijonesa de Nestlé, situada en el polígono de Tremañes-, chocó, alrededor de las seis menos cuarto de la mañana, con una barricada de troncos colocada, según los investigadores, por piquetes mineros a la altura de la localidad gijonesa de Serín. Suárez fue el único pasajero que resultó herido y tuvo que ser trasladado al Hospital de Jove en estado grave. «Sentí un golpe muy grande y luego, cuando me estaba recuperando, vi que tenía mucha sangre en la cabeza», relata.

«Siempre uso el tren para ir a trabajar, me subo al primer servicio y aprovecho el trayecto para dormir un ratín antes de entrar en la fábrica», aseguró ayer el herido. Fue precisamente esa costumbre de descansar durante el viaje lo que le pudo salvar la vida. «Yo no vi nada. Todo el mundo dice que como iba adormilado no me puse tenso y aguanté mejor el golpe; así que a partir de ahora a dormir todos los días en el tren», reflexionaba Suárez asumiendo, eso sí, que, a partir de ahora, «voy a intentar ponerme en otro vagón que no sea el primero». Suárez presenta numerosas lesiones en la cabeza y en el cuello. Podría ser dado de alta en los próximos días.

El herido, que prefiere «no valorar» las protestas de los mineros, fue golpeado por uno de los troncos situados en la vía, que acabó atravesando la ventanilla del primer vagón del tren, según las primeras investigaciones. «En cuanto sentí el golpe, mucha gente vino para ayudarme, entre ellos el maquinista, que se había tirado al suelo después de intentar frenar la máquina», recordaba ayer este vecino de Lugones, quien aprovechó para «agradecer a todos los miembros de los servicios de emergencias lo bien que se han portado conmigo y lo rápido que llegaron tanto los de la Guardia Civil como los sanitarios». En el momento en el que tuvo lugar el accidente, otras cuatro personas viajaban como pasajeros en el convoy. Todas resultaron ilesas.

Como consecuencia del siniestro, la vía 1 de la línea C-1 de Cercanías permaneció durante varias horas cortada al tráfico, hasta que se retiró el tren siniestrado. La Policía judicial de la Guardia Civil de Gijón se ha hecho cargo de la investigación de lo sucedido por si de estos hechos se pudieran pedir responsabilidades penales. La Benemérita asegura que los manifestantes cortaron dos troncos y los colocaron sobre las vías sin que existiera previsión, conocimiento ni información previa a organismos oficiales ni señalización del obstáculo, lo que el instituto armado califica como «una imprudencia grave que podría haber provocado un accidente de mayor magnitud». De hecho, uno de los troncos cayó a la carretera AS-325 sin causar heridos, ya que en ese momento ningún coche pasaba por la zona. El accidente provocó retrasos en los servicios entre Gijón, León y Madrid.

Además, ayer se produjeron cortes en la autovía de Oviedo a Villaviciosa (A-64), a la altura de El Berrón y de Paredes; en la de Campomanes (A-66), en Piñera de Abajo, Soto del Rey y la gasolinera de Egocheaga; en la Autovía Minera (AS-1) en Riaño; en la carretera de Pajares ( N-630), a su paso por Mieres y Santa Eulalia de Morcín, y en la carreteras AS-116 a la altura de Frieres. También hubo interrupciones en las vía de Renfe en Llanera y en la de Feve en Valdés y en Aller.

El de ayer en Serín (Gijón) no ha sido el primer ataque contra las infraestructuras ferroviarias de la región que se produce desde el inicio de las movilizaciones mineras. Los piquetes han protagonizado 31 sabotajes en las vías de tren, lo que se ha traducido en más de 90 horas de interrupción del servicio. Cientos de viajeros del Alvia se vieron afectados por los retrasos, las cancelaciones y los bloqueos de trenes en plena Cordillera, tras los cortes de tráfico por árboles sobre el tendido o sabotajes en la catenaria.

Aunque el de Serín, con un herido, ha sido el incidente más grave, fuentes policiales aseguran que el martes pudo producirse un accidente de envergadura en Lena, después de que la cabina del conductor de un Alvia, que cubría el trayecto de Gijón a Madrid, fuera alcanzado por una cadena colgada de la catenaria. De haber roto por completo la luna delantera y haber herido al conductor, podría haberse desencadenado una tragedia en un tren en el que viajaba un centenar de personas. El suceso tuvo lugar a las ocho y media de la mañana, entre Malvedo y Campomanes, en Lena.