Colmenarejo (Madrid) / Oviedo

Agencias / F. VALLINA

Gregorio Peces-Barba, uno de los siete padres de la Constitución y ex presidente del Congreso, recibió sepultura ayer en el cementerio de la localidad madrileña de Colmenarejo. Antes del entierro, visitaron la capilla ardiente, instalada en el domicilio familiar, el Príncipe Felipe y destacados representantes del PP, como el presidente de Congreso, Jesús Posada, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Peces-Barba, que falleció el pasado martes en el Hospital Universitario Central de Asturias, se encontraba de vacaciones en Ribadesella cuando tuvo que ser ingresado.

Al camposanto asistieron el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la ex vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega; el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba; la portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, y los ex ministros socialistas Jesús Caldera, Juan Fernando López Aguilar, Trinidad Jiménez y Carme Chacón. Entre los presentes se encontraban también históricos socialistas como Alfonso Guerra, José Bono, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Fernando Múgica y Virgilio Zapatero, así como la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, y el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons.

Con un calor sofocante, ante el féretro, sobre el que había una rosa roja, tomaron la palabra Alfonso Guerra; el líder del PSM, Tomás Gómez, un joven ayudante de Peces-Barba en la Universidad Carlos III y una sobrina suya, que dijo que su familia siempre echará de menos su «sentido del humor y de la vida». Después de destacar la lucha de Peces-Barba contra la dictadura, su permanente batalla en la defensa de los derechos humanos y su labor parlamentaria, Guerra rememoró su humor «guasón».

Tomás Gómez quiso honrar la memoria de Peces-Barba, «un pacífico luchador por la libertad y la democracia española, un hombre sabio que usaba las ideas para transformar el mundo, que fue fuerte y generoso y que luchó bajo el pabellón que le parecía más noble». Uno de los primeros en acudir a la capilla ardiente fue el Príncipe Felipe, quien consideraba a Peces-Barba «un servidor público de enorme ejemplo en tiempos difíciles». El Príncipe señaló que cada vez que se encontraba con Peces-Barba salía a relucir que le tomó juramento como presidente del Congreso en 1986, un momento «muy importante, muy simbólico y muy emocionante» para el heredero de la Corona.

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó que aprendió de Peces-Barba algo que no ha olvidado en su vida: «a no tirar la toalla jamás». El presidente del Congreso, Jesús Posada, destacó que Peces-Barba fue «una figura trascendental en la historia democrática española», mientras que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dijo estar agradecida a Peces-Barba «desde la discrepancia política». Aguirre quiso dejar constancia del «agradecimiento de todos los madrileños por lo que don Gregorio ha hecho por la Universidad de Madrid. La Fundación de la Universidad Carlos III prácticamente se le debe a él». El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, destacó «el compromiso de toda una vida con la democracia y la política» de Gregorio Peces-Barba. Por otro lado, el ex ministro de UCD José Manuel Otero Novas, que ayer estuvo en los cursos de La Granda, también tuvo un recuerdo para Peces-Barba: «Era una gran persona y siento mucho que haya fallecido. La verdad es que nunca hemos tenido las mismas opiniones, pero siempre nos hemos llevado bien y personalmente hemos tenido buena sintonía», señaló.

«Peces-Barba me enseñó algo que no olvidaré en mi vida: a no tirar la toalla jamás»

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Secretario general del PSOE

«Nunca hemos tenido las mismas opiniones, pero personalmente nos hemos llevado bien»

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Ex ministro con UCD

«Fue una figura trascendental para la historia democrática española»

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Presidente del Congreso