Oviedo, Eloy MÉNDEZ

El símbolo del derroche de Feve está aparcado en un andén de Pravia. El «Fabiolo», un tranvía diseñado para funcionar con hidrógeno que costó un millón de euros, se oxida en el tramo que discurre entre los talleres donde fue construido y la estación de la localidad. Presentado en 2011 como un avance de última generación, nunca llegó a tener viajeros porque su tecnología no funciona. Un ejemplo más de los proyectos malogrados de la compañía, que también se gastó 40 millones en la compra de varios tren-tran para Avilés y Langreo antes de ejecutar la obra ferroviaria que permitiría su circulación. Planes frustrados que justifican, en parte, la próxima desaparición de la empresa de vía estrecha, prevista para enero de 2013, cuando será absorbida por Renfe y el Adif, tras acumular unas pérdidas de 150 millones.

El socialista Ángel Villalba, ex presidente de Feve, presentó en sociedad al «Fabiolo» el 22 de septiembre de 2011 como un «proyecto pionero y único en Europa». En principio, el tranvía H2-Serie 3.400 había sido ideado para transportar viajeros, sobre todo turistas, en el oriente de la región, entre los concejos de Llanes y Ribadesella. Pero la ausencia de una infraestructura adecuada desvió su destino hacia Pravia. Se construyó íntegramente en los talleres que la compañía tiene en el concejo y debería haber empezado a funcionar a principios de este año como un vehículo con tracción mediante pilas de hidrógeno. Sin embargo, no se ha movido de su ubicación inicial y los miembros del comité de empresa de la compañía aseguran que no lo hará.

Este innovador medio de comunicación debía transportar entre 20 y 30 pasajeros en cada uno de sus viajes sin generar un ápice de contaminación. Pero la pila de combustible de hidrógeno que debería haber aportado toda la energía al sistema resultó ser un fiasco. «La empresa hizo una propaganda tremenda basada en mentiras porque sabía que no podría echar a andar. Por entonces, sobraba el dinero y no sabían en qué gastarlo», se lamenta ahora un representante de los trabajadores, que observa con elevadas dosis de incertidumbre el futuro laboral en Feve, una vez se ejecute su disolución en menos de medio año.

Pero el tranvía no sólo fue una idea visionaria de Feve. La sociedad recibió en su día financiación de la Consejería de Educación y Ciencia del Principado de Asturias a través de una subvención asignada mediante una convocatoria destinada a la ejecución de proyectos I+D+i durante el período 2008-2010.

En la parte técnica, la sociedad FenitRaíl se ocupó de la modificación de la unidad 3.400 y de su adaptación a los nuevos sistemas de hidrógeno, mientras que el centro tecnológico privado CIDAUT diseñó el sistema de potencia del vehículo. Por último, en las labores investigadoras tomó parte el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto del Carbón (Incar).

El fracaso del «Fabiolo» es uno más de los planes de innovación de Feve durante el último lustro que han empujado al Ministerio de Fomento a encargar una investigación sobre la compra de materiales en desuso por fallos en su mecanismo o por la ausencia de equipamientos necesarios para su funcionamiento. Unas inversiones aún más temerarias si se tienen en cuenta las importantes pérdidas registradas por la compañía de vía estrecha, que da servicio a varias regiones del norte de España y con unas pérdidas que la han abocado a su inminente desaparición a pesar de contar con 860 empleados y 2,8 millones de viajeros al año en Asturias.