Oviedo, Eloy MÉNDEZ

El juicio por el hundimiento del «Prestige» lleva camino de convertirse en un quebradero de cabeza para Francisco Álvarez-Cascos. El capitán del petrolero hundido frente a las costas gallegas, Apostolos Mangouras, ha acusado, en la vista oral, a los responsables de Seguridad Marítima en 2002, cuando el líder de Foro era ministro de Fomento, de graves errores en la gestión de la catástrofe. «Cuando el barco se estabilizó, podía haberse arrastrado hasta una ensenada para realizar el trasvase de combustible a otro más pequeño», afirmó el griego, en contra de la orden que recibió de las autoridades españolas, responsables de que el buque navegara varias millas mar adentro. El ex presidente regional deberá dar su versión de los hechos en calidad de testigo el 22 de enero, mientras aumenta la presión de varios colectivos ciudadanos en favor de su imputación y de otros ex dirigentes en el caso.

El capitán del «Prestige», que rompió a llorar durante su declaración al relatar las 22 difíciles horas que vivió junto a su tripulación antes de que comenzara el hundimiento del barco con 77.000 toneladas de fuel, acusó a los responsables españoles de «saber perfectamente lo que había ocurrido con la embarcación» cuando decidieron alejarlo del litoral para que navegara sin rumbo por el océano Atlántico. «Al ordenarnos que lo estabilizáramos, pensé que el próximo requerimiento sería llevarlo a un puerto de aguas abrigadas», indicó Mangouras.

El heleno también acusó al Gobierno español, entonces presidido por José María Aznar, de «subestimar las vidas» de los hombres que se encontraban en el «Prestige» luchando por evitar la catástrofe medioambiental que finalmente afectó prácticamente a toda la costa gallega y a otras comunidades del Norte, entre ellas Asturias. «Desconozco la razón por la que se produjo la fisura previa al hundimiento, pero no descarto que la causa fuera una ola gigante o el impacto de algún objeto», indicó.

La explicación de Mangouras, a preguntas del abogado del Estado y de la letrada que defiende al otro imputado en el caso -el ex director general de Marina Mercante, José Luis López Sors, del equipo que trabajaba con Álvarez-Cascos- puso fin a una de las partes fundamentales de la vista oral del juicio, que se prolongará hasta bien entrado el próximo año. No será hasta mediados del mes de enero cuando el ex presidente regional y ministro de Fomento en el momento de la catástrofe del «Prestige» tenga que aclarar su intervención en la gestión previa al vertido de fuel. Una gestión puesta en entredicho desde un primer momento por numerosos partidos y colectivos sociales, que solicitaron entonces su dimisión como miembro del Ejecutivo de Aznar y que ahora piden que rinda cuentas ante la justicia -junto a otros ex altos cargos- por la marea negra que asoló durante meses el noroeste español.