Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

El aeropuerto cántabro de Parayas pisa los talones al del Principado en número de pasajeros y hasta podría sobrepasarle este año, a la vista de que en Santiago del Monte se encadenan los recortes y en Parayas crece la oferta de la mano de Ryanair. Ayer, tras anunciar su retirada de Asturias, la compañía irlandesa anunció una nueva ruta entre Düsseldorf y Cantabria, con cuyo Gobierno tiene un convenio de promoción de 16 millones de euros.

La terminal asturiana cerró el pasado ejercicio con 1.309.640 viajeros, un 2,2% menos que el año anterior, mientras que la santanderina llegó a 1.117.617 usuarios, un poco por encima de los que había tenido en 2011, cuando creció un espectacular 21,4%.

Cantabria fía el desarrollo de su aeropuerto a Ryanair, que, gracias al convenio, operará este verano 17 rutas desde Parayas. Junto a Düsseldorf, la gran novedad es Edimburgo, destino con grandes posibilidades ya que no se presta en el resto de la Cornisa. Mientras la terminal vecina crece a golpe de talonario (a razón de 3,5 euros anuales por pasajero), la de Asturias concatena recortes. El Principado firmó en su momento convenios con Air Europa, Easyjet y Air Berlín, pero no los ha renovado, y, según la aerolínea irlandesa, tampoco mostró interés en un acuerdo con Ryanair, motivo por el que la aerolínea ha decidido dejar Asturias. El último tijeretazo afecta a las conexiones con Madrid, Barcelona, Tenerife, Gran Canaria, Ginebra, Lisboa y Palma de Mallorca.

IU pidió ayer explicaciones sobre Ryanair al Principado, que no se manifestó al respecto. La aerolínea está remitiendo correos electrónicos para reembolsar el precio de los billetes a los afectados por su salida de Asturias. En ellos, sólo indica que cancela las operaciones hasta el próximo 27 de octubre, fin de la temporada de verano.

La plantilla de Iberia se concentró ayer en el aeropuerto, coincidiendo con el último día de paros de la primera parte de su huelga.

Por otro lado, el colectivo de consumidores UCE-Asturias ha logrado tres sentencias en las que se condena a aerolíneas a pagar por retrasos de más de tres horas como si fuesen cancelaciones.