El Gobierno del Principado ya sabía desde hacía tiempo, desde antes incluso que lo aprobase en el pasado mes de diciembre, que su impuesto sobre los depósitos bancarios iba a tener muchos problemas para salir adelante y ser aplicado. Era consciente de que lo normal era que la normativa acabara en el Constitucional, por lo que no le ha tenido que coger de sorpresa que este alto tribunal la haya dejado en suspenso.

El impuesto asturiano sobre la banca resultó problemático desde su gestación. Primero fueron los socialistas los que no veían con buenos ojos la idea lanzada por IU y después UPyD, el otro socio preferencia del Gobierno de Javier Fernández, también puso trabas a la propuesta. El fallo del Constitucional dando validez al mismo impuesto en Extremadura dio alas a la coalición de izquierdas y acabó con las reticencias mostradas por el PSOE y la formación de Rosa Díez, aunque ninguno de los dos partidos hubiera seguido adelante con el impuesto de no ser por la insistencia de IU.

Consensuado el tributo entre las tres fuerzas políticas que sostienen al Ejecutivo asturiano, sorprendió la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy de fijar su propio impuesto a la banca, pero a tipo cero, con la clara intención de hacer inviable el gravamen del Principado, al ser incompatible su aplicación por parte de dos administraciones diferentes.

Resultan difíciles de entender las razones que pudo tener el Gobierno central para oponerse de forma tan drástica a la nueva carga impositiva asturiana. No va a sacar ni un euro de rentabilidad. ¿Qué lo hizo, obligado por las autoridades comunitarias?, ¿o para evitar que el gravamen -que, por cierto, existe en Andalucía, Extremadura y Canarias- se generalizase en toda España, incluyendo las autonomías del PP? Lo cierto es que hasta ahora nadie del gabinete de Rajoy ha aclarado las razones de tan intempestiva medida que, por cierto, sólo perjudica directamente a Asturias, ya que las otras tres comunidades serán compensadas por el Estado. El Principado sale perjudicado. Es lógico que se defienda, diga lo que diga el PP asturiano.