Soberano Gran Comendador de los masones en España, dio una charla en Tuña (Tineo)

Tineo,

Pepe RODRÍGUEZ

Los masones arrastran una fama oscura y complicada desde los años del franquismo, cuando el dictador hacía referencia, entre sus sospechosos habituales, a la «conjura judeo-masónica». Pero lo cierto es que nada tiene que ver la realidad con la imagen que de ellos creo Franco. Jesús Soriano, Soberano Gran Comendador de los masones en España, estuvo en Tuña (Tineo) para pronunciar una conferencia y de paso aportar luz sobre la forma de ver la vida que tiene la masonería.

-¿Qué pretende la masonería?

-La masonería simbólica pretende, inicialmente, que el hombre bueno que llega a ella se convierta en un hombre mejor. Y a ese hombre mejor, lo que pretendemos hacerle es un buen ciudadano. Se pretende educar a las personas, a los que llegan ahí, a ser buenos ciudadanos, respetuosos de las leyes y de la legalidad vigente que existe en cada país.

-¿Cuántos masones hay en España?

-En España, aproximadamente, hay unos cinco mil masones. Pero de estos cinco mil, españoles, son unos tres mil. Hay bastantes masones en España que se han hecho aquí, que se han venido a vivir aquí, a la costa, pero son ingleses o alemanes.

-¿Cómo se hace uno masón?

-Es relativamente fácil. Hay que tener interés. Nosotros somos una asociación legal, registrada, sin ánimo de lucro. Sólo hay que acercarse o ir a nuestra página web, y solicitar el ingreso.

-¿Y luego?

-Se tienen unas entrevistas con tres hermanos que designa la Logia. Se le hacen una serie de preguntas para ver si cumplen los requisitos que para nosotros, dentro de la masonería, son importantes.

-¿Cuál es el más importante de ellos?

-Hay que creer en Dios. Si no se cree en Dios no se puede ser masón. Y nada más. Entrar es muy fácil.

-¿Y salir?

-Más fácil aún. Si uno se quiere ir dice «adiós, buenos días, me voy» y se ha acabado el problema. Todas esas leyendas absurdas que quedan no son ciertas.

-¿Estas leyendas vienen del odio de Franco?

-La masonería es la gran desconocida del pueblo español, pero eso no sólo viene de la época de Franco, claro. El Supremo Consejo de España, del que tengo el honor de ser el Secretario Gran Comendador, tiene más de 200 años, el tercero más antiguo del mundo, y tenemos continuidad histórica desde entonces. Tenemos dos períodos negros, que fueron la época de Fernando VII y la de Franco. Pero en la primera nos dieron asilo sagrado en Inglaterra, y en la segunda, en México.

-¿Qué significa eso?

-Que estábamos trabajando allí, pero dentro del Supremo de España. México cedió su territorio para eso.

-Pero les hizo mucho daño, ¿verdad?

-Evidentemente, cuarenta años de oscurantismo hacen mucho daño. Fíjese: hubo más de 7.000 procesos a masones, muchos de los cuales condenados a muerte y fusilados, cuando en aquel momento no llegábamos a 4.000 en España. Se aprovechó la masonería para quitar del medio a quien se quería.

-¿Qué define, filosóficamente, a la masonería?

-Libertad, igualdad y fraternidad. Hacer una sociedad más justa. Con un componente espiritual muy grande, pero aceptamos cualquier tipo de religión, las creencias de cada hermano son respetadas. No pretendemos una revolución social, sólo formar a la gente para que sean buenos ciudadanos. Ser mejor individualmente para hacer mejor a la sociedad. Por ejemplo, se nos enseña la necesidad imperiosa de que existan los impuestos para poder hacer una sociedad más justa.

-¿Pueden creer en cualquier dios?

-Sí. De hecho, en las logias hay católicos, protestantes, musulmanes, judíos... Respeto a las creencias de cada uno. No pasa nada.

-¿Sobre qué temas debaten, en la actualidad?

-Para el convento de este año estamos preparando conferencias sobre internet, bioética, preferentes y desahucios... En general, sobre el mundo del siglo XXI, como cualquier persona con interés en temas de actualidad que vive en esta época. Vendrán 15 o 20 supremos del mundo.

-¿Qué influencia tienen los masones en España ahora mismo?

-Dentro de nosotros hay gente de todo pelaje: investigadores, periodistas, catedráticos, militares, jueces, taxistas, obreros de la construcción... Nuestra influencia es hacer mejores ciudadanos. Nuestra ilusión es que se diga que eres buena persona porque eres masón. Desde un punto de vista político, ninguna influencia tenemos aunque hay políticos que son masones, por supuesto. Nosotros respetamos cualquier creencia religiosa y cualquier tendencia política.

-¿Qué relación tiene con Tuña?

-La razón de que esté aquí es porque he sido invitado por el Aula Rafael del Riego a dar una conferencia. Ésa es la vertiente institucional como Gran Comendador. Pero además es volver al pueblo en el que yo pasé mi infancia, porque mi tío Agustín, en los años 50, era médico en Tuña y yo venía todos los veranos un mes. Por lo tanto, es un doble placer.

-¿Hacía mucho que no venía?

-Pues unos diez o doce años.

-¿Y cómo se lo ha encontrado?

-Pues está muy guapo. Sigue siendo una aldea que mantiene, a mi modo de ver, las raíces asturianas. Me ha encantado ver que todavía quedan paneras. Muy bien, muy bonito.