Terminábamos de comenzar la Semana Santa, aún teníamos en nuestras manos las palmas y los ramos bendecidos en la mañana del Domingo, cuando la llamada telefónica de un buen amigo me dejó el alma sobrecogida, había fallecido Gerardo Herrero, hermano cofrade de Jesús Cautivo.

Gerardo era conocido ante todo por su condición de fiscal superior del Principado de Asturias, notoria era igualmente su pasión por la ópera y su afición de incansable caminante, pero su oficio de cofrade de nuestra Semana Santa era tal vez una faceta menos conocida de su rica personalidad. La vocación cofradiera le venía de sus tiempos de fiscal en la provincia de Zamora, tierra semanasantera por excelencia, de ahí que cuando se fundó nuestra hermandad, allá por el año 1996, Gerardo fuera de los primeros en apuntarse a la misma junto con sus hijos, Gerardo y Luis. Con ellos participó durante varios años seguidos en nuestra procesión y cuando los chavales crecieron y se ausentaron de Asturias para buscarse un porvenir, Gerardo siguió procesionando año tras año sin faltar nunca a su cita primaveral con el Cautivo.

La semana pasada había estado hablando con él y le comuniqué el lugar que iba a ocupar este año en nuestro cortejo procesional; siempre mostraba su interés por todo lo referente a la cofradía y siempre estaba dispuesto a colaborar con la misma. Cada Jueves Santo, Gerardo Herrero se despojaba de su toga de fiscal para vestir el hábito de cofrade, todo un símbolo de quien se despoja de su fama, de su prestigio, de su condición de personaje público, para igualarse con el resto de sus hermanos vistiendo el mismo hábito sin distinción alguna y guardando el más completo anonimato bajo el blanco capuchón de nuestra hermandad.

En nuestra próxima salida procesional habrá un hueco que otro hermano estará llamado a cubrir, nuestra fe y nuestra esperanza nos invitan a creer que el hermano Gerardo, culminado ya su «procesionar» por esta vida, ha sido llamado a contemplar cara a cara el rostro de ese Jesús Cautivo al que él tanto quiso en este mundo y que en el atardecer del próximo Jueves Santo nos sonreirá desde el cielo asociándose desde allí a nuestra estación penitencial.

Desde la Hermandad de Jesús Cautivo, nuestra cercanía, ánimo y apoyo para su esposa, Esperanza, y para sus dos hijos, y para ti, querido amigo Gerardo, nuestra oración sincera con el deseo de que estés ya disfrutando de la paz del Señor.