«La creación artística y cultural debería recibir más apoyo. Creo que, de la misma forma que hay semilleros de empresas, tendría que haber semilleros de autores; hay gente con talento, pero necesita un espacio físico donde poder desarrollarlo». Con estas palabras, Alfonso Zapico, remarcó uno de los problemas que, a su juicio, afrontan los jóvenes creadores en España. El dibujante de Blimea esbozó esta reflexión en el marco del acto de entrega del galardón del «Asturiano del mes» de febrero, concedido por LA NUEVA ESPAÑA para reconocer la brillante carrera de Zapico, que en febrero recogió el Premio Nacional del Cómic 2012 por su novela gráfica «Dublinés», una biografía del escritor irlandés James Joyce.

Zapico -que pese a su juventud (32 años) cuenta con una consolidada trayectoria como ilustrador y autor de novela gráfica- reside en la ciudad francesa de Angulema, considerada como la capital mundial de la historieta. «Allí existen talleres colectivos de creación, que son muy útiles para los autores. Me gustaría que se pudiera importar ese modelo, no sólo para dibujantes de cómic, sino para otro tipo de autores, diseñadores, ilustradores...», explicó Zapico, que añadió: «Somos un gremio de coste bajo que sólo necesita un espacio físico, suministro eléctrico y conexión a internet. Es una pena que haya edificios públicos sin uso cuando podrían ser utilizados por estos autores, de forma similar a un semillero de empresas».

Alfonso Zapico, que colabora de forma habitual con LA NUEVA ESPAÑA publicando tiras cómicas e ilustraciones, recibió de manos de la directora del periódico, Ángeles Rivero, los atributos que le acreditan como «Asturiano del mes»: una primera página del diario que recoge la noticia del reconocimiento, una estela escultórica de José Manuel Legazpi y una caricatura del galardonado realizada por el dibujante del periódico Pablo García. «Me gusta mucho. Yo no soy muy buen caricaturista, hay que reconocerlo, y tenía muchas ganas de venir para ver la caricatura», comentó con humor Zapico, que acudió al acto acompañado por su esposa, Manuela Fernández; su madre, Blanca Fernández; su tía Elena, su sobrino Javier y su suegro, Benjamín Fernández Fueyo. En representación del periódico también asistieron Javier Cuervo, redactor jefe; y Mario Antuña, jefe de la edición de las Cuencas.

Ángeles Rivero resaltó en el acto de entrega del galardón que Alfonso Zapico ha conseguido «abrir un hueco en un mundo tan complicado y competitivo como es el cómic, con trabajos no sólo rigurosos y gráficamente elegantes, sino narrativamente sofisticados». La directora del periódico añadió que «hemos disfrutado de los trabajos realizados hasta ahora y te deseamos el mayor éxito en los que están por llegar».

El autor blimeíno expresó su gratitud por la concesión de un galardón «que me hace mucha ilusión porque viene de casa. Cuando uno está lejos, desempeñando un oficio que a veces parece tan pintoresco como el mío, te llena de alegría que se acuerden de ti. Considero a LA NUEVA ESPAÑA mi casa porque es aquí donde empecé a dibujar y donde sigo haciéndolo; después de siete años, recibir este galardón es más de lo que podía imaginar».

Junto a «Dublinés» -la obra que le ha consolidado como uno de los grandes autores españoles de cómic- Zapico ha publicado «La guerra del profesor Bertenev», una novela gráfica sobre la guerra de Crimea; «Café Budapest», obra ambientada en el conflicto árabe-israelí, y «La ruta Joyce», un cuaderno de viaje sobre las ciudades que marcaron al escritor irlandés.