Cangas de Onís / Cornellana (Salas), J. M. CARBAJAL / Sara ARIAS

La fiesta del campanu de Asturias fue este año en Cangas de Onís, donde se subastó el primer salmón de la temporada, pescado en el Sella, bien temprano (7.30 horas), por Federico Vega Díaz, más popular como «Kiko La Pina», un ribereño de toda la vida, que se embolsó 6.700 euros. José Manuel Mori Cuesta y Borjita Martínez, de los restaurantes El Campanu, de Ribadesella y Cangas de Onís, se hicieron con el cotizado ejemplar en una subasta muy animada, seguida por cientos de personas, en el entorno del «puente romano».

Menos precio alcanzó (4.000 euros) el subastado en Cornellana (Salas), tradicional sede de la puja del campanu asturiano, pero donde este año se quedaron a dos velas, ya que Kiko La Pina se negó en redondo a llevar su salmón «sellero» a la localidad salense. Y eso que el alcalde de Salas, Sergio Hidalgo, se desplazó por la mañana a Cangas de Onís para tratar de convencerlo. No hubo éxito. Así que en Cornellana se tuvieron que conformar con subastar el primero del Narcea, que pescó hacia las ocho de la mañana Carlos Rodríguez en el coto de La Llonga, en Belmonte de Miranda. Se lo llevó el restaurante del complejo ovetense Castillo Bosque La Zoreda.

La de ayer fue una jornada salmonera no exenta de polémica, por el pulso entre Cangas de Onís y Cornellana por subastar el campanu asturiano, pero también muy abundante en capturas, pues en total se pescaron 12 salmones. A los primeros del Sella (4 en total) y del Narcea (2) se unieron también los del Eo (4 en total), Esva (1) y Cares (1).

Bien temprano llegó el primer salmón a tierra, en la zona de La Masona, en el Sella. Fue la primera vez que Kiko La Pina, nacido casi al pie del «puente romano» de Cangas de Onís, a sus 59 años de edad, logró capturar un campanu. Y eso que, desde hace medio siglo, es fiel a la cita el día de la apertura de la campaña salmonera. «Aunque es importante el dineru, lo que más presta es cogelu», comentó minutos después de haberlo precintado en el Centro Oficial de Información y Precintaje de El Portazgo.

El ejemplar fue todo un «marro», hermoso y plateado, según los ribereños, merecedor de inaugurar la anual estadística del otrora río más salmonero del país. El pescador empezó a probar fortuna alrededor de las 7,15 horas. El salmón pesó 8,850 kilos, tuvo 90 centímetros de longitud y 51 de circunferencia y entró al cebo natural de merucu y quisquilla cocida, en la zona La Mansona, a escasos doscientos metros aguas arriba del «puente romano». Apenas quince minutos más tarde, presa del lógico nerviosismo, ya era conocedor de que ese primer ejemplar del Sella, una vez precintado, también era el campanu de Asturias. «Dedícolu a Dámaso Ortiz, buen amigu y gran pescador, que falleció haz unos días», aseveró Vega Díaz.

Entonces no sabía lo que se le venía encima. Aparte de recibir numerosas llamadas de felicitación -entre ellas, la de su hijo Kiko Vega, piragüista internacional de la SCD Ribadesella, quien está en Alicante compitiendo-, tuvo que hacer frente al «cortejo» que le llegó desde la otra punta de Asturias. El alcalde de Salas se plantó en Cangas de Onís, acompañado por la Policía Local, para tratar de convencer al pescador que lo llevara a subastar a Cornellana.

La gestión fue infructuosa, pues pesó mucho la postura de Kiko La Pina, ilusionado con que ese ejemplar, el primero del curso en la cuenca del Sella y el primer campanu de su dilatada trayectoria como pescador, fuese subastado en Cangas. El regidor salense (Foro), que también conversó con el alcalde de Cangas de Onís, el popular José Manuel González Castro, negoció los pormenores con «Javi La Pina» -hermano del afortunado pescador-, pero no hubo trato. La puja, este año, fue en Cangas.

«El alcalde de Salas es buen chaval. Explicomi que había un preciu de salida de 3.000 euros y después iban con puyes de 500 en 500. Que no sería difícil llegar a los 5.500 euros. Al final, Kiko decidió que quería subastalu en Cangas. No hubo más que hablar», sentenció Javi La Pina.

Una decisión que satisfizo, y mucho, a todos los cangueses (vecinos, hosteleros y políticos), pero que cayó como un jarro de agua fría en Cornellana, donde la subasta del campanu y la Feria de pesca están declaradas fiesta de interés turístico regional. «No lo entiendo, es una competencia desleal a Cornellana y a la subasta del campanu de Asturias; es un intento de fastidiar, de truncar la subasta e intentar enredar, es como si ahora nosotros queremos organizar el descenso de las piraguas en el Narcea», se pronunció Sergio Hidalgo, ya por la tarde, tras la subasta del primer salmón del Narcea. Y apostilló: «Para mí, el campanu de Asturias es el que se subasta en Cornellana».

Pese a todo, en Salas tiraron adelante y subastó el salmón pescado por la mañana en La Llonga por el coruñés Carlos Rodríguez. La puja finalizó en 4.000 euros y la captura fue para el hotel restaurante Castillo Bosque de La Zoreda, de Oviedo. El pujador, Leopoldo Iglesias, se mostró muy satisfecho con el resultado: «Muy buena experiencia, es la primera vez que venimos y venía con las ideas muy claras», comentó. Además, respaldó la tesis del regidor salense: «El campanu, si no es el de Cornellana, da otra sensación. Lo que hay que hacer es pujar por Asturias, vender lo nuestro».

Los negocios de Salas se volcaron con la puja de Cornellana, donde no faltaron las caras largas y nadie ocultó el malestar. Al comienzo, la directora de Capenastur, la concejala María Ángeles Fernández, destacó el campanu del Narcea como símbolo de asturianía y afirmó que el lugar natural para la subasta es Cornellana. Enrique Berrocal, presidente de la Sociedad de Pescadores «Las Mestas del Narcea», calificó de «ridículo» el cambio de fechas de este año (la apertura de la campaña con muerte ha coincidido por semana).

El que estaba más feliz de todos era el pescador, Carlos Rodríguez, que además de ser su primer campanu, también fue su primer salmón: «Sólo con cogerlo no cabía en mí, ahora me voy agradecidísimo con el trofeo y el dinero», aseguró. Un premio de 4.000 euros que invertirá en nuevo material de pesca, aunque irá a medias con su compañero de fatigas en el río, Pablo Santillán, que fue quien le ayudó a sacar la pieza pescada a cucharilla, de 6.600 kilogramos. «Estuvimos veinte minutos para sacarlo desde que picó, entre los dos peleamos bien por él, dio mucha guerra, pero fue muy emocionante».

Y del río, a las mesas. En Cangas de Onís, los compradores anunciaron su intención de servirlo a sus clientes, dijo José Manuel Mori, «El Marqués», tras la puja en la que participaron otros once empresarios de Asturias y Madrid, y un particular. «Las raciones costarán alrededor de 40 euros», desveló. Mori y Borjita Martínez también compraron el primer ejemplar del río Deva (Cantabria), por el que pagaron 2.000 euros, capturado por el deportista asturiano Laureano Álvarez, vecino de Teverga.

En el caso del campanu del Narcea, éste acabará en una mesa «para familia y amigos», dijo Iglesias.