Las alfombras florales de Llanes y Castropol son, más allá de la fiesta religiosa, toda una atracción turística que consigue llenar ambas villas marineras de visitantes año tras año. Ayer, la mejoría del tiempo permitió a muchos disfrutar de las composiciones.

En Castropol y Llanes los hubo que ayer madrugaron y trasnocharon el sábado para que mucha gente pudiera disfrutar de la espectacularidad de las alfombras florales del Corpus, que tiñeron las calles de ambas villas costeras, en el Occidente y Oriente asturiano, de gran colorido.

En Castropol recibieron la inesperada visita del viento, que se empeñó en deslucir el trabajo de los artistas florales de la asociación cultural «El Pampillo». Aun así, las calles lucieron espléndidas para el Corpus y se abarrotaron de visitantes desde primera hora de la mañana. Esta celebración, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, recibe cada año a numerosas personas de todos los puntos de la región y de la vecina Galicia que admiran el trabajo de los artistas castropolenses.

Jesús Fernández, integrante de la directiva de «El Pampillo», trataba al mediodía de recomponer las alfombras más deterioradas: «Da muchísima rabia y hasta ganas de llorar que pase esto, después de meses de trabajo». Y es que el colectivo puso en marcha los preparativos del Corpus en Semana Santa. Desde entonces han trabajado duro durante días, dando forma a los diseños, elaborando las plantillas y recogiendo las flores con las que llenar de color los originales diseños.

El quehacer en la calle comenzó el sábado, a las once de la mañana. Durante toda la jornada el pueblo entero se volcó en la decoración de las calles. «La verdad es que todo el mundo colabora, niños y mayores. Incluso hay gente de fuera que viene a propósito para ayudar», dice Fernández. El sábado la faena se prolongó hasta las cinco de la mañana, cuando ya el viento empezó a hacer acto de presencia en la villa. «Hacia las cuatro empezó a levantarse el viento y fue a más. A las ocho de la mañana ya estaban muchas alfombras levantadas».

Pese a que el viento desdibujó algunas de las siluetas, el trabajo e ilusión puesto en cada alfombra no pasaron desapercibidos a los visitantes. «El trabajo se ve igual y la verdad es que da pena», contaron las hermanas gijonesas Conchita y Marisa Nachón, que se desplazaron hasta Castropol para constatar la fama del Corpus. «Oímos hablar muy bien de ello, lo vimos por la tele y por eso nos animamos», añadieron.

«Que quede claro que valoramos a las personas que hacen este trabajo. Es precioso y merece la pena venir a verlo. Es digno de respeto y hay que ponderar el trabajo de los vecinos», explicó Conchita Nachón. «Además tienen mucho gusto», precisó su hermana. Ambas se acercaron hasta el salón de plenos del Ayuntamiento para visitar también la exposición de fotografías de ediciones anteriores del Corpus.

La misma opinión tienen Loli González y Simona Majada. Estas avilesinas se desplazaron con un grupo de amigos y familiares para disfrutar con las originales creaciones: «Es muy bonito y tiene mucho mérito. Es de agradecer el esfuerzo de los vecinos».

Los diseños de este año sorprendieron una vez más por su colorido y sus detalles. Formas geométricas, flores y hasta parejas de baile se pudieron ver en las calles. Una de las creaciones más fotografiadas fue la detallista reproducción de la silueta de Castropol desde la ría del Eo.

Durante toda la mañana el trasiego de visitantes, cámara en mano, fue constante. A las doce y media dio comienzo la misa y una hora después salió la procesión, uno de los momentos más emotivos para los castropolenses. La comitiva, acompañada de la música de la Banda de Gaitas «El Penedón», siguió el rastro floral preparado con tanto mimo por los artistas de «El Pampillo».

En la otra punta de Asturias, en Llanes, también fue grande la espectacular demostración floral. Una treintena de personas trabajó sin descanso desde el amanecer para crear las alfombras florales que llenaron de color el casco histórico y dieron lustre a una llamativa procesión en la que lucieron con esplendor los estandartes de la parroquia. Las alfombras se distribuyeron a lo largo de casi un kilómetro. El incansable trabajo llevado a cabo por los voluntarios que de manera desinteresada quitaron horas al sueño para crear las alfombras fue valorado con multitud de felicitaciones por los centenares de visitantes.

Tres altares situados en la plaza de Santa Ana, junto a la capilla de la Magdalena y en la plaza de Parres Sobrino -con la imagen en todos ellos del Sagrado Corazón- fueron el punto culminante de la procesión en la que el párroco, Florentino Hoyos, portó la custodia. Un ancla y un pez fueron los dibujos representados en la alfombra floral de la plaza de Santa Ana. El altar de la Magdalena lució decorado con el dibujo del cordero de Dios diseñado por Raúl Herrero. El material empleado para su elaboración fue verde del campo de golf de La Cuesta, serrín teñido, arizónica y pétalos de rosas.

No había amanecido en Llanes y ya se estaban colocando las alfombras. «Hemos empezado a colocarlas a las cinco de la mañana. El suelo estaba mojado y llovía un poco», aseguró Herrero minutos antes de portar el estandarte de la Magdalena durante la procesión. Una de las borlas del estandarte la iba a llevar su hijo David, quien recibió la primera comunión la pasada semana.

En la plaza de Santa Ana el ritmo de trabajo fue frenético pasadas las once y media de la mañana. Las plantillas de madera con el dibujo de la flor de lis realizadas por Ramón Melijosa pasaron de mano en mano entre las artistas. Metro a metro fueron completando los dibujos con formas geométricas. «Llevamos mes y medio recogiendo y pelando flores», señaló Pilar Calero. Kilos y kilos de serrín teñido sustituyeron en parte a los pétalos de flores. Los caprichos de esta primavera hicieron que el diseño de las alfombras sufriese cambios de última hora. Entre tanto los improvisados artistas callejeros recibieron las felicitaciones de los turistas que se acercaban para sacar fotografías.

Los catalanes Pepa Farré, Ricardo Muñoz, María Rosa Segarra y José Bernardo fueron algunos de ellos. «Estamos de vacaciones en Ribadesella y hoy nos hemos acercado a Llanes y nos hemos encontrado con todo esto. Nos ha sorprendido mucho. Es, sin duda, un trabajo muy laborioso», destacó Farré.

Toño Herrero, uno de los máximos impulsores de la fiesta floral, se aseguró, minutos antes de que saliese la procesión, de que todo estuviese en orden. «Llevamos haciendo las alfombras desde hace cinco años. Antiguamente tan sólo se colocaban en los altares hinojo y espadañas», señaló.

La procesión partió de la basílica minutos antes de las doce y media de la mañana. Al frente como es tradición, el estandarte de San Roque, seguido del de la Virgen de Guía, Santa Rita, Santa Ana, la Guadalupe, el Perpetuo Socorro, el Parroquial, el del Santo Entierro, el de la Inmaculada Concepción, la Magdalena, el Sagrado Corazón y el del Santísimo. Una treintena de niños y niñas vestidos con el traje de primera comunión pisaron con cuidado alfombras mientras sujetaban las borlas de los estandartes.

Una treintena de niños y niñas que hicieron este año la primera comunión desfiló ayer por Cangas de Onís en la procesión del Corpus, que gozó de sol y buenas temperaturas. Antes, se celebró en el templo la misa, oficiada por el párroco Luis Álvarez Suárez, que contó con la presencia de autoridades políticas y representantes de la Guardia Civil y de la Policía Local, informa J. M. C.