El pleno del Parlamento asturiano ha rechazado hoy, con el voto en contra de Foro, PP y UPyD, una moción de IU que pedía la retirada del proyecto de Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) "por haberse gestado sin el necesario debate previo y de espaldas a la comunidad educativa y social".

La iniciativa, respaldada en su conjunto por PSOE e IU, planteaba además requerir del Gobierno central que promueva un amplio debate público de todos los sectores del ámbito escolar para alcanzar un diagnóstico "riguroso y compartido" sobre las causas de los principales problemas del sistema educativo español.

Este aspecto ha salido adelante al sumar UPyD su voto a los de PSOE e IU después de que la coalición aceptara la votación por puntos de su iniciativa con el objetivo, según la parlamentaria de la federación de izquierdas, Emilia Vázquez, de que cada grupo "asuma sus contradicciones", en alusión al partido magenta.

El único parlamentario de UPyD, Ignacio Prendes, había mostrado sus discrepancias con el proyecto de ley del Gobierno pese a considerar que el sistema educativo necesita de "profundas reformas" por lo que, a su juicio, pedir la retirada del texto, ya aprobado por el Consejo de Ministros, no era "lo más procedente".

También ha sido aprobado, en este caso con el único voto en contra del PP, el apartado de la moción que reclama del Ejecutivo que impulse las medidas necesarias para "blindar" el gasto público educativo, revirtiendo los recortes sufridos en los últimos años e incrementando las cuantías destinadas a educación para que cuente con una financiación equiparable a la de la UE en porcentaje de PIB.

En la defensa de su iniciativa, Vázquez ha incidido en que la reforma educativa requiere de "un punto de partida común" entre todos los partidos en lugar de optar, como ha hecho el PP, a su juicio, por una nueva normativa "ideológica y no formativa".

"¿Qué tiene que ver retirar Educación para la Ciudadanía con la tasa de abandono escolar?, ¿en qué va a influir positivamente el hecho de que la religión sea una asignatura evaluable?, ¿van a tener más iluminación divina quienes la estudien y rindan mejor en las reválidas?", se ha preguntado la parlamentaria de IU.

A su juicio, pese a que la educación "es algo tan sensible que no se puede imponer", el Gobierno sólo ha negociado el texto con la Conferencia Episcopal para aprobar una reforma que llevará a que un alumno de quince años sea enviado a los quince años por una línea educativa que puede "condicionarle la vida" mientras que rechaza que una chica de dieciséis años pueda interrumpir su embarazo.

Para el portavoz socialista, Alejandro Vega, los recortes en la educación y la reforma que plantea el PP son "parte de un mismo plan" para convertir "un sistema que da oportunidades y busca la equidad" en un mecanismo de "exclusión social" tras haber rechazado el pacto planteado en la anterior legislatura por el entonces ministro del ramo, Ángel Gabilondo.

Dicho pacto, ha señalado, sí fue negociado con los grupos parlamentarios y con la comunidad educativa y planteaba 137 propuestas y la reforma de veintiún artículos de la ley en vigor mientras que el ministro Wert "no ha escuchado ni a su hermano", un profesor que mostró su oposición a la reforma educativa.

Según el diputado de Foro Manuel Peña, su grupo comparte el diagnóstico sobre la educación que inspira la reforma del Gobierno, que ha calificado de "reformilla", al modificar únicamente una tercera parte del contenido de la normativa vigente hasta ahora.

Peña ha lamentado que el consenso parezca "imposible de conseguir" lo que ha llevado a que las leyes educativas hayan sido modificadas una vez cada cinco años durante el periodo democrático y a que España tenga una tasa de abandono escolar del 25 por ciento, el doble que la del conjunto de países europeos.

En este aspecto ha incidido también la portavoz del PP, Susana López Ares, para defender una reforma que busca "la calidad", que cada alumno llegue "al máximo de sus posibilidades" pese a que, ha advertido, "no todos tienen los mismos objetivos ni las mismas condiciones personales".

A su juicio, algo estará "bien" en la reforma cuando la mitad de la intervención de IU había aludido a la situación de la religión "que no es lo más importante" del proyecto de ley aprobado por el Gobierno que, ha subrayado, "no obliga a nadie" a estudiarla.