La mejor nota de la selectividad asturiana es inglesa, vive en la localidad llanisca de Cue y lleva la excelencia en la sangre. Cordelia Rose Pickford, que obtuvo un 9,95 de media en los exámenes obligatorios, es hermana de Anastasia Katherine, la joven que logró los mejores resultados en las pruebas de acceso a la Universidad en 2011. «No creí que obtendría unas calificaciones tan buenas, me han sorprendido a mí misma», apuntaba ayer en su vivienda, donde reside desde hace seis años. La estudiante prepara ya las maletas para mudarse a Madrid, donde quiere cursar Bellas Artes o Diseño. Una gijonesa y una ovetense le siguen en la lista de las calificaciones más destacadas.

«El secreto para lograr el éxito es que te guste lo que estudias», comentaba ayer la «número 1» de la selectividad, que cursó el Bachillerato en el Instituto de Educación Secundaria (IES) de Llanes, donde consiguió matrícula de honor al cerrar un pleno de sobresalientes. Sus notas en la selectividad evidencian ese «amor» hacia las materias evaluadas: un 10 en Griego, otro en Inglés (su lengua materna), otro en Lengua y Literatura Española y un 9,5 en Filosofía. También obtuvo la máxima puntuación en Latín, y un 9,5 en Dibujo Artístico, las dos asignaturas de las que se examinó de manera voluntaria para optar a un máximo de 14 puntos, debido a que la nota de corte fijada por la Universidad Complutense para acceder a Bellas Artes roza el 11. Finalmente, se quedó con un registro casi inmejorable: 13,85.

Pickford llegó a España hace doce años por necesidades laborales de sus padres, un economista y una profesora de Inglés. Tras un primer período en Zaragoza, se trasladó a Llanes, donde descubrió su pasión por la pintura, a pesar de que el instituto de la localidad carece de esta especialidad por baja demanda. «El examen de Dibujo tuve que prepararlo yo sola, con la ayuda indispensable de los profesores de Plástica. Hacía ensayos en los recreos con ellos. Por eso, es la nota que más orgullo me produce», comenta esta autodidacta, que tuvo que realizar los exámenes de la PAU en el campus de Gijón porque la sede del Oriente, ubicada en Ribadesella, no contaba con los medios técnicos para evaluar esta disciplina. «Otras de mis debilidades son el Latín y el Griego, gracias a las grandes clases que recibí», añade.

La felicidad por las notas de Cordelia hizo revivir a la familia Pickford el éxito logrado por Anastasia, la primogénita, hace dos años, cuando también consiguió la mejor puntuación de la PAU. Esta joven estudia ahora Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid y se dejará caer por Llanes durante el verano. «En mi casa no pueden estar más contentos», comentaba ayer su digna sucesora, junto a Benedict, el tercero de los hermanos, con 14 años, que también apunta destrezas académicas.

Carmen Torres también dio ayer un alegrón a sus padres con el 9,75 que obtuvo de media en los exámenes obligatorios. Esta alumna del Colegio Corazón de María de Gijón y vecina del barrio de La Arena de esta ciudad logró, además, un 8,5 en la prueba voluntaria de Economía, y un 10 en la de Geografía; muy por encima del aprobado que le exigen para acceder a los estudios de Traducción en Salamanca. «Al principio estaba nerviosa, pero después resultó ser mucho más fácil de lo que pensaba», afirmaba ayer, a pocos días de poner rumbo a Benidorm para desconectar de unos meses de constante esfuerzo. «En casa están como locos, y mis profesores me felicitaron por Whatsapp», decía.

Las enhorabuenas también le llovieron a Silvia Pérez, ovetense con vínculos familiares en Pola de Allande y estudiante del Colegio Meres, de Siero. Consiguió un 9,9 en la fase general, a la que sumó un 9,5 en Matemáticas y un 10 en Química, la especialidad que quiere cursar en Asturias a partir de septiembre. No le hacía falta más que un 5, aunque considera que el esfuerzo ha merecido la pena a nivel de realización personal. «Mucho se lo debo a mi amiga Victoria Maújo y a mi profesora Carmen Lauret, dos grandes apoyos en la recta final hacia la PAU», aseguraba.

Histórico también fue el resultado cosechado por el ovetense Pedro Riesco, del IES Aramo de la capital, que logró un 10 en los tres exámenes voluntarios que hizo: Latín, Griego e Historia del Arte. «Seguir las explicaciones en clase y tomar tus propios apuntes son claves para lograr buenos resultados», indicaba, con la mente puesta ya en Filología Clásica, la carrera que empezará el próximo curso.