Los gobiernos central y autonómico se han enzarzado en una auténtica «guerra» dialéctica en torno al futuro del Parque Nacional de los Picos de Europa. La última escaramuza, ayer, comenzó al referirse el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, a la propuesta incluida en el borrador de la ley de Parques Nacionales que permite la navegación en estos espacios protegidos, por ejemplo, en los Lagos. En opinión del Ministro, los parques nacionales «están para que los disfruten los ciudadanos y no sólo los ornitólogos y biólogos».

De nada sirvió que Cañete matizara que la iniciativa no implica la navegabilidad en todos los parques, sino en aquellos en los que sea autorizado por sus responsables y permita el acceso de turistas de manera «ordenada, compatible con la naturaleza y que no produzca ningún tipo de turbación». Las palabras del Ministro provocaron una airada reacción de la directora general de Recursos Naturales, Fina Álvarez, quien manifestó su desacuerdo con que la conservación en los parques nacionales quede «supeditada a valores económicos y comerciales».

Al igual que había hecho veinticuatro horas antes la consejera María Jesús Álvarez, la directora también mostró su oposición al anteproyecto de ley de Parques Nacionales, en el que está previsto que el Estado vuelva a gestionar estos espacios naturales. Según Fina Álvarez, una gestión más próxima de un espacio natural beneficia tanto al territorio como a los vecinos. «La mejor gestión es la próxima; es algo universal, porque hay más conocimiento de lo más próximo», afirmó. En su opinión, sí es aceptable el modelo actual en el que al Estado le corresponde la coordinación de la red de parques.

Junto con Asturias, en la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, celebrada el pasado lunes en Madrid, también mostraron su oposición al anteproyecto tanto Andalucía como Canarias. Esto supone, según destacó ayer el Gobierno asturiano, que siete parques nacionales -la mitad de los 14 existentes en la red española- rechazan la nueva normativa. Por ello, el Principado ha solicitado que se abra un período de alegaciones y sugerencias. En cuanto a la posibilidad de que se permitan otras actividades turísticas o deportivas en los parques nacionales, Fina Álvarez indicó que una vez que se abren las puertas «no sé quién puede entrar por la rendija» y si ésta «es muy grande, entrará todo el mundo», declaró.