Barra libre para las bodas, campo abierto para el humo del tabaco en el fútbol. La consejería de Sanidad delimitó ayer los asuntos que regula su borrador de ley de atención integral en materia de drogas dejando fuera las celebraciones nupciales y evitándose el trago de entrar en los campos de fútbol. El Principado excluye expresamente los festejos nupciales, en tanto que «actos privados», de las restricciones que propone la norma para estrategias promocionales como la «barra libre» y se atendrá a la norma nacional vigente para dejar fumar en los recintos deportivos no cerrados. Según una aclaración difundida ayer por el gobierno regional, «la ley autonómica no hace ninguna precisión ni ampliación de la estatal» respecto a los estadios. Y la norma del Estado prohíbe fumar en los cerrados y exige, para los demás, «que se haga en espacios o localidades específicamente habilitados». Como esto «no ocurre en la práctica», sigue el comunicado, «se sobreentiende que la zona habilitada para fumar es todo el recinto. No habrá, a este respecto, ninguna modificación en la ley autonómica». El director general de Salud Pública, Julio Bruno, aseguró el jueves que la ley nacional establece una distinción en función de la configuración de los campos y establece que «está prohibido fumar cuando las gradas están cerradas, cuando tienen más de dos paramentos, cubierta y laterales». En la actualidad, el único campo de fútbol español en el que el tabaco está prohibido es el Camp Nou, pero no por ley, sino porque en su día el Barcelona lo restringió tras efectuar una consulta entre sus socios.

Sobre el alcohol en las bodas, dado que la letra del anteproyecto legislativo prohíbe expresamente que se promocione el consumo de bebidas alcohólicas mediante estrategias como la «barra libre», «dos por uno» u «hora feliz», el Principado aclara ahora que la consideración de «actos privados» de los festejos nupciales excluye de esta legislación autonómica las bodas y a «otro tipo de celebraciones». Quedaría por aclarar qué incluye exactamente la fórmula «otro tipo de celebraciones» y si aquí, como ayer se preguntaban los responsables de la patronal de hostelería, van a caber o no, por ejemplo, las barras libres de las fiestas de Nochevieja.

El presidente de Hostelería de Asturias, José Luis Álvarez Almeida, solicitó esa y otras aclaraciones, sobre todo en lo tocante a la nueva regulación del consumo de alcohol. Después de reunirse con el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, Almeida aseguró que esa consideración de las bodas como acto privado «es una interpretación que hace el consejero, pero que el texto de la ley no recoge. Hay que especificarlo bien porque puede dar lugar a distintas lecturas. Es un acto privado, ¿para qué? ¿Qué pasa, por ejemplo, si los que estamos en la celebración somos todos fumadores y mayores de edad? ¿También podemos fumar? Ese matiz debe ser trasladado al papel» y hay tiempo, dado que el texto del borrador no es definitivo y está abierto a alegaciones hasta el 16 de septiembre.

Mientras tanto, los hosteleros y el Principado llegaron ayer a más puntos de conexión acerca del tabaco que sobre el alcohol. Confluyeron, agradece Almeida, en que «va a seguir siendo posible fumar en aquellas terrazas donde ahora se permite». El encuentro de ayer aclaró algunas dudas respecto a qué espacios cubiertos entran en la nueva regulación. El Principado sostiene que la norma pretende precisamente esclarecer algunos puntos oscuros de la ley vigente y dejar claro que el tabaco está vetado en «los espacios con cubierta originados por el retranqueo de fachadas de lugares en los que se prohíba fumar cuando su profundidad sea superior a un metro».

La Unión de Consumidores (UCE) de Asturias respalda «sustancialmente» el proyecto legislativo del Principado y censura el planteamiento «victimista» de los hosteleros en su reacción frente a las pretensiones normativas del gobierno. Según el presidente de la organización, Dacio Alonso, los profesionales del sector «deben cambiar su discurso. Vivimos en una sociedad que cada vez valora más la salud y los argumentos de la hostelería deben acompasarse a ese planteamiento». A las críticas que ha recibido el borrador por restrictivo replica que «es bueno que Asturias se sitúe a la cabeza del país si la base es la promoción de la salud».

Respecto a los planteamientos que la propuesta legislativa hace sobre la venta de alcohol, Dacio Alonso valora que la región se acompase al resto de España en la edad mínima para el consumo -de los 16 a los 18 años- y entiende «poco razonable que se incentive el consumo mediante promociones como las barras libres, el dos por uno o la hora feliz. No sé hasta dónde podrá llegar el marco regulador en este aspecto», aclara, pero da por cierto que «hay cosas que se deben prohibir». «Las leyes resuelven pocos problemas si no pacifican los conflictos de la sociedad», aclara. «El Principado debe abrir cauces nuevos de participación, no basta con la información pública, hay que abrir el debate».