El Ministerio de Fomento quiere adelantar al próximo martes, 1 de octubre, la apertura al tráfico del trayecto entre Pendueles y San Roque, los seis kilómetros que faltaban para habilitar la mitad del tramo Unquera-Llanes, una de las infraestructuras que tiene pendiente Asturias dentro del proyecto de la Autovía del Cantábrico. Los trabajos están prácticamente finalizados después del gran avance realizado en verano, favorecido por la buena climatología. El resto del subtramo, entre La Venta'l Pumar y el puente de Parres ya está operativo. La ministra Ana Pastor tiene previsto acudir a la puesta en marcha del recorrido.

Las obras están casi acabadas. A día de hoy restan una serie de trabajos menores como el pintado de las líneas, la señalización horizontal, concluir el vallado, completar alguna señalización vertical y otros complementarios que seguramente continurán con posterioridad a la inauguración (reposición de caminos, accesos a fincas). A finales de agosto, además, se completó el principal escollo para que la obra encarase definitivamente su sprint final: el puente del Purón. Los trabajos en ese puente, señalados por la Administración como los más difíciles de este subtramo, obligaron a instalar una de las grúas más grandes de España, con un peso de 1.100 toneladas y un brazo de 107 metros de longitud, que tuvo que desplazar cuatro vigas de 36 metros de largo y 163 toneladas de peso.

El subtramo de 11 kilómetros que quedará abierto al tráfico el próximo mes, y que permitirá ganar tiempo en la conexión de la región con Cantabria, fue adjudicado a finales de 2007 en 58 millones de euros. Debió haber estado finalizado en el primer semestre de 2011. Esos dos años de retraso deben sumarse a los más de 15 que acumuló la tramitación del tramo Unquera-Llanes de la Transcantábrica. Una vez abierto, restará la otra mitad del tramo, entre Unquera y Pendueles, de otros 11 kilómetros de longitud, que fue adjudicado a finales de 2007 en 106,8 millones de euros y cuya fecha oficial de conclusión es diciembre de 2014. En este punto la obra avanza a velocidad crucero, pero el retraso que acumula debido a los problemas técnicos hallados entre La Franca y Bustio hacen que la fecha de conclusión permanezca todavía en el aire.

Al margen de las condiciones climatológicas que puedan condicionar los avances de los trabajos hay otros escollos, algunos imposibles de evitar, ya que están incluidos en el proyecto de construcción y han sido ratificados por el Ministerio de Medio Ambiente en la evaluación de impacto ambiental. Entre ellos está la prohibición de realizar las tareas nocturnas, lo que impide trabajar a tres turnos. También las limitaciones a la hora de desbrozar o realizar voladuras con el fin de evitar afecciones a los habitantes de los pueblos de la zona y a diferentes animales.