El equipo de trasplante de médula ósea del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha sido designado por LA NUEVA ESPAÑA «Asturiano del mes» del pasado agosto por haber completado todo el catálogo de técnicas que la medicina ofrece en materia de trasplantes hematopoyéticos.

El último procedimiento aplicado es el denominado trasplante haploidéntico (el término «haplo» significa «mitad»), una técnica que está empezando a implantarse en los hospitales más vanguardistas del mundo, y que se caracteriza por el empleo de una médula de donante que coincide solamente en un 50 por ciento con la del enfermo.

Este avance, impulsado por el doctor Carlos Vallejo, ha sido el punto culminante de la celebración del 25.º aniversario de los trasplantes de médula ósea en el HUCA, que es tanto como decir en el conjunto de Asturias, pues se trata del único centro sanitario de la región que efectúa este tipo de intervenciones. El programa asturiano de trasplante hematopoyético ha logrado situarse entre los más destacados del país.

La primera beneficiada en Asturias por este avance médico ha sido Graciela Cocina Ovín, de 46 años, vecina de Ceceda (Nava), cuyo diagnóstico era infausto porque, pese a que se había rastreado en el mundo entero, no aparecían donantes compatibles con ella. Finalmente, gracias a esta técnica, fue posible implantarle médula del mayor de sus dos hijos, Isaac, de 22 años. El proceso concluyó con éxito, y la paciente pudo dejar atrás un calvario de doce años.

El trasplante fue practicado en julio, pero no se dio a conocer hasta el 2 de agosto, cuando los médicos dieron por seguro que los riesgos de complicaciones se habían minimizado hasta unos límites asumibles. Ese día, con los ojos bañados en lágrimas de emoción y no pocos nervios, Graciela Cocina proclamaba su alegría por el resultado de una operación que, según sus propias palabras, «era un todo o nada». Muy larga ha sido su batalla contra una leucemia aguda linfoblástica muy rebelde que varias veces parecía haber sido derrotada y otras tantas había resurgido.

En el complejo sanitario ovetense ya han sido practicados dos trasplantes haploidénticos, en ambos casos con buenos resultados. En las próximas semanas está previsto efectuar más intervenciones. La técnica está indicada para leucemias y otras enfermedades en las que no ha sido posible ni el trasplante de médula propia (autotrasplante) ni el de médula donada por un familiar o un individuo altruista no emparentado, ni el trasplante de cordón umbilical.

Se trata de la única modalidad de injerto hematopoyético que el hospital ovetense aún no incluía en su cartera de servicios. Por regla general, el donante ha de ser sometido a una extracción de litro y medio de médula (que es algo así como la «caña» del hueso), lo cual le exige permanecer dos noches hospitalizado, si bien no afecta a su estado de salud más allá de las molestias de un par de días de duración originadas por los pinchazos que se le practican en el hueso de la zona posterior de la pelvis.

Hoy por hoy, el trasplante haploidéntico siempre ha de ser llevado a cabo entre personas emparentadas. Requiere un potente proceso de inmunosupresión que amortigüe el «choque de trenes» que viene a suponer la mezcla de médula de personas no totalmente compatibles.