Oviedo

Desde el accidente en el pozo asturiano de Nicolasa, en Ablaña (Mieres), ocurrido en 1995, no se había producido en España un accidente minero de la magnitud del ocurrido ayer en Pola de Gordón. Han pasado 18 años y la tragedia minera ha vuelto al norte de España. En aquella ocasión, catorce mineros fallecieron a consecuencia de una explosión de grisú en el pozo mierense de Hunosa.

El último siniestro ocurrido en la minería castellano-leonesa se produjo el 18 de julio de 2011 en el pozo Malabá ubicado en el kilómetro 0,3 de la carretera Pozo Vertical, en Torre del Bierzo (León). En aquella ocasión falleció el minero electricista Antonio Álvarez Panizo, de 41 años. Más recientemente, el 23 enero de este mismo año 2013, un trabajador de mantenimiento de una mina de Súria (Barcelona) falleció al quedar atrapado entre un vagón y una pared.

Uno de los accidentes mineros más dramáticos que se han producido en España ocurrió el 10 de abril de 1944 en Saldes (Barcelona), en una explotación de Carbones del Cadí S. A. en la que fallecieron 34 personas. El 14 de junio de 1949, murieron 17 mineros perdieron la vida en el pozo María Luisa, en Ciaño.